El atentado terrorista en las Ramblas es la culminación de una serie de acontecimientos que, en los últimos meses, han situado a la ciudad de Barcelona en el foco de la actualidad política casi de forma constante.

La Ciudad Condal ha sido, desde el inicio del denominado "proceso" independentista, el principal escenario de las manifestaciones secesionistas, de la tensión política entre la Generalitat catalana y el Gobierno central y de los casi constantes choques entre el Parlament autonómico y el Tribunal Constitucional. Algo que, con toda seguridad, continuará en los próximos meses con la pretensión de convocar para el próximo 1 de octubre una consulta ilegal sobre la independencia de Cataluña.

Barcelona también se situó recientemente en el foco de la polémica tras albergar el surgimiento del fenómeno de la "turismofobia". Miembros de la asociación de extrema izquierda independentista Arran, integrante de la CUP, atacaron un bus turístico lleno de pasajeros el pasado 27 de julio. Pincharon una rueda y pintarrajearon la luna delantera con el mensaje "El turismo mata los barrios". La prensa internacional no tardó en hacerse eco de una acción que cosechó el rechazo tanto del Ayuntamiento de la ciudad como de la Generalitat, así como de la mayoría de las formaciones políticas a excepción de la propia CUP y de la izquierda abertzale, que se sumó a ella.

Por si todo esto fuera poco, Barcelona se convirtió en el epicentro de las huelgas y protestas del sector aeroportuario español. Los pasajeros de El Prat sufrieron desde el pasado 4 de agosto las consecuencias de una situación de máxima tensión a raíz de la huelga secundada por los vigilantes de seguridad de Eulen. Las largas colas y aglomeraciones de viajeros consecuentes a los paros parciales del personal de seguridad no se resolvieron hasta la intervención de la Guardia Civil. Ayer, a pesar de la tensión surgida tras su rechazo del procedimiento de laudo arbitral de obligado cumplimiento puesto en marcha por el Gobierno, el comité de Eulen decidió suspender temporalmente la huelga indefinida tras del atentado terrorista.

Barcelona, desgraciadamente, sufrió ayer el zarpazo del terrorismo yihadista, el primero en España reivindicado por el autodenominado Estado Islámico, situándola nuevamente en el ojo de un huracán.