Pedro Sánchez anunció ayer que el PSOE está "abierto a dialogar y a pactar con el Gobierno un nuevo modelo de financiación autonómica", un día después de que los socialistas presentaran una propuesta para crear una comisión en el Congreso que estudie la "modernización" del Estado autonómico y de que Mariano Rajoy dejara "abierta la puerta" a esta iniciativa del principal partido de la oposición.

Una comisión en la que sólo se ha negado a participar ERC -aunque el PDeCAT se abrió a hacerlo si sus diputados continúan "en las instituciones del Estado", es decir, en el Congreso, después del 1-O- y que el PNV ve con cierto escepticismo, aunque se trate de "un gesto positivo".

Durante un desayuno informativo al que asistieron, entre otros, el exmandatario socialista José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente de Aragón y precandidato al liderazgo del PSOE en esta comunidad, Javier Lambán, Sánchez pidió a los catalanes que no participen en el "simulacro de referéndum" del 1-O, y dio a entender que respaldaría al Gobierno si decidiera retirar las urnas, porque "ante un hecho ilegal, el Estado tiene que garantizar la legalidad".

Tras su intervención, se le preguntó si veía más naciones en el Estado español, aparte de la española, y respondió que en términos históricos también tendrían esta consideración "al menos" Cataluña, el País Vasco y Galicia. Y es que, a su juicio, la nación "no se identifica con los límites de un Estado, tampoco con la lengua", sino con una "vocación, un sentimiento y una voluntad de ser nación".

También hizo propuestas económicas: propondrá a Gobierno, sindicatos y empresarios un nuevo pacto de rentas con una subida salarial media del 2,5% para este año y una horquilla de entre el 2,5% y el 3,5% para los próximos cuatro.

Sobre lo vivido en el último año, y a menos de un mes para que se cumpla el primer aniversario de su derrocamiento, sentenció: "Lo que no mata te hace más fuerte". Y: "El acero se forja a base de golpes".