Volotea, aerolínea de bajo coste, se convirtió ayer en el primer caso conocido de una empresa catalana que traslada su sede social a Asturias para refugiarse de las consecuencias del desafío secesionista. Su consejo de administración ha tomado la decisión de sacar su domicilio de Barcelona y mudarse a un lugar aún por determinar del Principado, donde opera desde 2012 y en cuyo aeropuerto tiene su única base de operaciones dentro de España.

La comunicación remitida ayer por Volotea expresa que el traslado se decide "con objeto de garantizar el desarrollo de su actividad en el marco y bajo la supervisión de las autoridades aeronáuticas europeas". Según fuentes cercanas a la empresa, el propósito de la compañía que pilotan Carlos Muñoz (consejero delegado) y Lázar Ros (director general), ambos fundadores y accionistas de la aerolínea, es que "no haya ninguna duda" sobre la condición europea de la compañía, algo vital para operar dentro de la UE.

Volotea trabaja con una autorización de las autoridades aeronáuticas españolas y como tal está supervisada también por los reguladores europeos. Permanecer dentro del ámbito de la UE, algo que como mínimo estaría en cuestión en caso de declaración unilateral de independencia, es indispensable para disponer de derechos de vuelo sin limitaciones. La condición europea hace posible que Volotea opere libremente, no sólo entre aeropuertos españoles y otros europeos, sino entre lugares de países de la UE distintos a España. Si se considerase que su domicilio está fuera de la Unión recibiría el mismo trato que una aerolínea de Emiratos Árabes o de América Latina: tendría que obtener un permiso específico de cada país europeo para operar en ellos.

La elección de Asturias se explica por la intensa relación que Volotea tiene desde hace años con la comunidad. La aerolínea vuela desde Santiago del Monte a diez destinos: Münich, Venecia, Mallorca, Menorca, Ibiza, Tenerife, Sevilla, Málaga, Valencia y Alicante. Dispone además desde 2015 de una base de operaciones en el Aeropuerto de Asturias, donde tiene una plantilla de 62 personas entre pilotos, tripulantes de cabina, personal auxiliar ("handing") y de atención al público. Y posee en el aeródromo asturiano una oficina, si bien no está decidido cuál va a ser el lugar físico donde se establecerá el domicilio social. Tampoco se ha planteado el traslado de servicios administrativos o de la dirección desde la sede de Barcelona, en la calle Travessera de Gracia.

"Nos sentimos muy queridos en Asturias", afirmó un portavoz de la compañía. La decisión del traslado llega además después de que el presidente de la patronal asturiana FADE, Pedro Luis Fernández, amigo personal de Carlos Muñoz, invitara por carta a la dirección de Volotea a trasladar la sede a Asturias ante las dificultades en Cataluña. FADE también hizo gestiones en su día, junto al Principado y a las cámaras de comercio, para que Volotea estableciera su base de operaciones en el Aeropuerto de Asturias.

Volotea prevé realizar dos mil vuelos desde la región durante este año, cifras que convierten a esta aerolínea, fundada en Cataluña y con participación en el capital de fondos internacionales, en la tercera compañía con mayor volumen de tráfico de las que operan en el Aeropuerto de Asturias.