El líder de la Asamblea nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez comparte celda en la cárcel de Soto del Real con el empresario asturiano Rodolfo Cachero. Sànchez se encuentra en prisión preventiva desde hace una semana como presunto autor de un delito de sedición, al haber encabezado la concentración ante la consejería de Economía de la Generalitat, que impidió la salida de la comisión judicial del departamento que encabeza el vicepresidente Oriol Junqueras y acabó con la destrucción de tres vehículos de la Guardia Civil. Cachero lleva un mes en la cárcel para cumplir una condena por delitos contra la hacienda pública.

Ambos ocupan la celda 203 en el módulo uno de Soto del Real, una de las zonas más benignas del centro, en la que se congregan los presos sin delitos de sangre y algunos que se enfrentan por vez primera a la experiencia carcelaria. Los primeros días en prisión de Jordi Sànchez, barcelonés de 53 años, han estado marcados por su petición de ser trasladado de módulo después de una preso le gritara "¡Viva España!". El resto de los reclusos consideran que su denuncia es un "chivatazo", una de las peores acciones en el código carcelario. Ello provocó, según relataba ayer el diario "El Mundo", que Sànchez esté sometido al hostigamiento psicológico del resto de los reclusos. A los insultos de "maricona, perra chivata" se añaden los himnos de España, de la Legión y el "Viva España" de Manolo Escobar que los reclusos hacen sonar en cuanto tienen ocasión.

El empresario asturiano Rodolfo Cachero (Villamorey, Sobrescobio, 1946), con intereses en el sector de la minería del carbón y otros, permanece recluido en la prisión de Soto del Real desde septiembre de 2017, donde ingresó, tras dos meses en búsqueda y captura, para cumplir una condena por ocho delitos contra la Hacienda Pública.

Con algunos problemas de salud, Cachero, dueño de la Compañía Minero Astur Leonesa y otros negocios, fue condenado a 80 meses de prisión (de los que tendrá que cumplir un máximo de 30) por delitos tributarios en los que incurrió durante la gestión de su compañía, también carbonera, Copo Minera Jove (Jovesa). Ésta es la segunda vez que el industrial asturiano ingresa en prisión por delitos fiscales. La vez precedente cumplió la pena en la prisión de Málaga entre 2001 y 2002. En los dos casos fue recluido tras meses en búsqueda y captura por la policía.

En la misma prisión que Sànchez y Cachero se encuentra Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito del expresidente de la Generalitat. Pujol Ferrusola, en prisión preventiva por los presuntos delitos de blanqueo de capitales, fraude fiscal, falsedad documental y organización criminal, está sancionado por dos faltas graves, que implican la suspensión de actos recreativos durante 60 días, por traficar con tarjetas telefónicas.

El primogénito de Pujol utilizó los códigos de teléfono de otro preso, antiguo compañero de celda. A pesar de que fueron separados por sus diferencias, el recluso accedió a ceder a Pujol parte de su cupo de llamadas (diez por semana) a cambio de una tarjeta de teléfono de cinco euros y otra con saldo ya utilizado. El intercambio de tarjetas de teléfono es un comportamiento irregular dentro del régimen carcelario.