El alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, consumó ayer la dimisión anunciada el pasado 23 de marzo y desencadenada por su doble procesamiento por delitos de corrupción. Es la tercera vez en diez años que Alicante se queda sin regidor por causas judiciales, tras la salida de Luis Díaz Alperi y Sonia Castedo, ambos del PP, por presunta corrupción urbanística.

El dimitido Echávarri ha sido procesado por el fraccionamiento de contratos por valor de 144.000 euros en el área de Comercio y por el despido de una trabajadora interina, cuñada del portavoz local del PP, Luis Barcala, caso por en el que ayer mismo la fiscalía le pidió diez años de inhabilitación.

El fiscal le acusa de un presunto delito de prevaricación administrativa al entender que despidió en abril del pasado año a Catalina Rodríguez para vengarse del portavoz del PP después de que éste le hubiera denunciado en el llamado "caso Comercio".

La sucesión de Echávarri se presenta incierta, ya que del total de 29 concejales, los socialistas tienen 6, mientras que sus hasta hora socios - Guanyar (confluencia de Podemos) y Compromís- cuentan con 8, lo que los deja a un escaño de la mayoría absoluta, que intentarán recabar en Cs o en concejales no adscritos.