El nuevo intento de investir a Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat tensa de nuevo las relaciones entre el grupo del presidente y ERC. La decisión, adoptada en Berlín en la reunión de los diputados de JxCat con el expresidente catalán, de aprovechar la recién aprobada modificación de la Ley de la Presidencia para intentar que Puigdemont se convierta en jefe del Govern sin ir al Parlament tuvo ayer inmediata respuesta del exvicepresidente Oriol Junqueras. Desde la prisión de Estremera, en la que se encuentra encarcelado desde hace ya más de seis meses, el líder de Esquerra instó de nuevo a agilizar la formación de un Ejecutivo en Cataluña que ponga fin a la intervención de la Generalitat. "No hay ningún republicano del mundo que deje sus instrumentos en manos de los enemigos de la república", advierte Junqueras en un mensaje transmitido a través del vicesecretario de coordinación interna de ERC, Isaac Peraire.

Esta posición de choca con el cierre de filas en torno a Puigdemont y la nueva maniobra dilatoria, carente de posibilidades de prosperar. Elsa Artadi, portavoz de JxCat en el Parlament, y la más citada como posible aspirante a la Presidencia en sustitución de su jefe de filas, considera obligado aprovechar la "ventana de oportunidad" que abre el cambio legal que permitiría una investidura en ausencia. La "ventana" es más bien estrecha: el Consejo de Estado dictaminará hoy sobre esa reforma legal y el Gobierno recurrirá al Tribunal Constitucional, momento en que la modificación quedará en suspenso. Artadi está convencida de que Puigdemont será investido presidente de Cataluña "ahora o más adelante, eso es seguro". El PDeCAT asume también apurar las posibilidades, con el plazo límite del próximo domingo, para investir al expresidente. "Agotaremos las opciones para restituirlo", afirmaba ayer portavoz de los exconvergentes, Maria Senserrich.

El nuevo intento ejerce presión sobre el presidente del Parlament, Roger Torrent, quien se vería obligado a desobedecer las instrucciones del Tribunal Constitucional, que impiden una investidura sin que el candidato esté presente en la Cámara.

El independentismo sigue en una "política de ruptura", afirmaba ayer el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, para quien Puigdemont maneja el calendario catalán en base a "intereses personales". Los soberanistas están "instalados en el día de la marmota", según el líder del PP catalán, Xavier García Albiol.