El expresidente valenciano Francisco Camps negó ayer conocer que el premio de Fórmula 1 que llevaba el nombre de la capital de la región generaba pérdidas, hasta 270 millones de euros, según un informe remitido por el UDEF a la jueza que investiga las supuestas irregularidades en torno al acontecimiento deportivo. Lejos de reconocerlo, Camps manifestó que el Gran Premio de València es "el proyecto más rentable de la historia de la Comunidad Valenciana, sin lugar a dudas". Fue tras su declaración como investigado en una causa en la que otros de los imputados lo sitúan en el centro de las negociaciones de los contratos y como la personas que, en última instancia, decidía. Camps lo negó todo y atribuyó el verse inmerso en la investigación a las maniobras políticas de Compromís, "un partido catalanista que quiere que haya Fórmula 1 en Barcelona y no en Valencia".

Camps cerraba ayer una serie de comparecencias judiciales sobre la prueba deportiva. Otro de los investigados, el expiloto Jorge Martínez Aspar, declaró que ya el primer gran premio celebrado en 2008 fue deficitario, algo que comunicó al entonces vicepresidente Vicente Rambla, lo que ratificó una de las responsables de Proyectos Temáticos. Pero ayer Francisco Camps negó que nadie le hubiera informado de tal cosa. Negó también haber negociado contratos con Bernie Ecclestone, el patrón de la F1. No supo nada de la empresa Valmor, responsable de la organización de la prueba y finalmente absorbida por la Generalitat valenciana, con la que existía el compromiso de asumir las pérdidas que se generasen, según sospechan los investigadores. Un documento de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) recoge un balance económico de la F1 en el que se cifra en 210 millones de euros los pagados por el canon y otros servicios en el acumulado de siete años y unas pérdidas de 270 millones sin tener en cuenta la inversión inicial.