Un minuto antes de abandonar definitivamente La Moncloa, entre fotos y aplausos de su gente, algún que otro llanto y un sinfín de anécdotas Mariano Rajoy recibió un último regalo. Uno de sus colaboradores más próximos durante todos estos años de Gobierno, el fotógrafo ovetense Diego Crespo, se acercó a él para entregarle un libro sobre el Real Oviedo. Le dio el título "Saliendo de la calle Oscura", escrito por el periodista también ovetense Sergio Cortina (editorial Libros del KO) y con más de 1.000 ejemplares vendidos. Gallegos y asturianos, primos hermanos. Rajoy lo recogió con una sonrisa, se mostró al tanto de la situación del club azul y lamentó que los carbayones lo tuvieran difícil para subir a Primera (a ver qué pasa hoy en el Tartiere) tras su derrota frente a La Cultural.

La entrega tuvo lugar en el salón de tapices de la Moncloa, durante la copa de despedida que compartieron ayer los empleados más cercanos del ya expresidente. Fue un momento distendido donde Rajoy agradeció el trabajo de los suyos y hubo fotos, aplausos, y anécdotas. Después de esa entrega, con el libro en la mano, Rajoy abandonó la sala y se fue para su casa.

Otro enternecedor momento de cercanía pudo vivirse a primera hora de la mañana en el Congreso de los Diputados, cuando la socialista Margarita Robles salió a ocupar su puesto en la tribuna para continuar con la deconstrucción del marianato y, en ese momento, dejó su escaño libre. Pero no se trataba de un escaño cualquiera, era el escaño que justamente Pedro Sánchez tenía a su izquierda. Ya se sabe que la naturaleza aborrece el vacío, así que ese hueco fue inmediatamente ocupado por la diputada asturiana Adriana Lastra para situarse justo al lado del próximo presidente del Gobierno, en un gesto que nunca se había visto en la sede de la soberanía popular. Se ve que el liderazgo de Sánchez empieza a ser tan magnético que Lastra no puede permanecer ni a un milímetro de distancia del secretario general socialista y nuevo presidente.

La ausencia de Rajoy de la moción para pasar la tarde tan ricamente en un restaurante de la calle de Alcalá ha levantado una oleada de memes en las redes (en este página tienen un surtido) pero también provocó un pequeño incidente en el Ayuntamiento de Oviedo. Pasadas las cuatro de la tarde de ayer, en la puerta del grupo del PP, y debajo del logotipo del partido, alguien añadió un cartel con un aviso: "Estoy en el restaurante*". Debajo del asterisco figuraba un logotipo modificado del Partido Popular en el que la gaviota había sido sustituida por un buitre y más abajo la aclaración: "Vuelvo dentro de ocho horas". Políticos populares descubrieron el cartel pocos minutos después y lo retiraron, visiblemente contrariados.