Oviedo, V. MONTES

El Partido Popular sopesa colocar ya la primera carga de profundidad al joven gobierno de Pedro Sánchez y el explosivo podrían ser los presupuestos de Rajoy que aprobó el Congreso con el apoyo del PNV y que deben ahora ratificarse en el Senado. No se trata de vetarlos, opción claramente descartada, sino la de introducir alguna enmienda, lo que obligaría a que el texto presupuestario vuelva al Congreso, que debería ratificar por mayoría simple las modificaciones introducidas por los populares en la Cámara alta, donde tienen mayoría absoluta.

Los senadores más molestos con la moción de censura plantean que, a la vista del cambio de postura del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que respaldó las cuentas de Rajoy a cambio de inversiones y que, poco después, permitió que prosperase la moción de censura contra él, el Senado debería reconsiderar las concesiones al País Vasco o Cataluña. Si el PP modifica esos apartados, o cualquier otro, las cuentas deberán regresar al Congreso.

Una vez allí caben dos hipótesis. La primera, que una mayoría simple ratifique las modificaciones, con lo que Pedro Sánchez debería gobernar no solo con un presupuesto del PP sino con el añadido de los cambios planteados por los populares sintiéndose ya sin las ataduras del PNV. La segunda, que el Congreso las rechace también por mayoría simple, pero de manera indirecta esa decisión supondría dar por válido el presupuesto original que fue duramente criticado por el PSOE y quienes auparon a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno y que debería ser nuevamente refrendado.

"La lógica democrática dice que si gobierna el PSOE debería hacerlo con sus presupuestos", aseguraban ayer fuentes del Partido Popular en el Senado. En el PP se asienta la idea de que si los socialistas gobiernan con las cuentas que aprobó Rajoy lo harán solo para garantizarse el apoyo del PNV y evidencia "que Pedro Sánchez únicamente tenía prisa por ser Presidente, sin considerar desde un punto de vista político responsable lo que suponía su movimiento".

El grupo parlamentario del PP en el Senado se reunirá mañana para fijar su estrategia, justamente el día en el que expira el plazo de presentación de enmiendas parciales. Aunque inicialmente tras la moción de censura la posición de dirigentes nacionales del Partido Popular era la de respetar el texto aprobado en el Congreso, pero aumentan las voces que reclaman una reacción al cambio de postura del PNV. "Jamás los nacionalistas vascos dejaron caer un gobierno y siempre mantuvieron una posición de facilitar el gobierno de la mayoría", destacaban las fuentes consultadas.

La actitud de los vascos ha encendido algunas alarmas en el bloque constitucionalista, en especial ante el proceso de reforma estatutaria que impulsa en Euskadi que "supone establecer un modelo confederal muy difícil de casar con la Constitución".