Diego Torres, el exsocio de Iñaki Urdangarin, ha ingresado esta tarde en la cárcel de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), para cumplir la condena de cinco años y ocho meses que se le ha impuesto por el desvío de fondos del caso Nóos.

Diego Torres ha agotado el plazo de cinco días para ingresar voluntariamente en prisión, una vez que el Tribunal Supremo confirmó su condena por el caso Nóos, en una sentencia que le rebajó en dos años y diez meses la pena inicial.

Con una bolsa negra de deporte en la mano, el exsocio de Urdangarin ha entrado en Brians 2 acompañado de su abogado, Manuel González Peeters, y ha sido recibido con gritos de "qué se siente, qué se siente", procedentes del interior del centro penitenciario.

Tras entrar en la cárcel, Torres será trasladado a una celda del módulo de ingresos, después de ser sometido a un cacheo integral y a la revisión de las pertenencias que lleva consigo, con el fin de retirarle aquellas que puedan ser consideradas peligrosas, así como teléfonos móviles y dinero.

Una vez en la celda de ingreso, será examinado por un médico y otros especialistas que deberán determinar cuál es el módulo que más se adecúa a su perfil, un proceso que puede prolongarse hasta cinco días.

La Junta de Tratamiento de Brians 2 dispone de un plazo máximo de dos meses para proponer su clasificación en primero, segundo o tercer grado a la Dirección General de Servicios Penitenciarios, que será la que finalmente decida su régimen carcelario, en función de su perfil psicosocial y de sus circunstancias personales y de salud.

La ley prevé que a un recluso se le pueda conceder ya de inicio el tercer grado penitenciario -o régimen abierto, en el que preso solo va a la cárcel a dormir-, incluso en el caso de condenas superiores a los cinco años de cárcel, como la de Diego Torres, con la excepción de los delitos de terrorismo, abusos de menores y pertenencia a banda organizada.

En el caso de que inicialmente sea clasificado en segundo grado, Torres podría disfrutar de permisos una vez haya cumplido un cuarto de la condena, si muestra una evolución favorable en su tratamiento y su conducta en la cárcel y si cuenta con apoyo familiar y arraigo fuera de la prisión.

Como al resto de presos condenados por delitos económicos, a Torres se le propondrán tratamientos encaminados a reeducar en los valores y el razonamiento ético, así como a desarrollar la empatía y la práctica de actividades solidarias y a reformular sus expectativas respecto a su estilo de vida.

Can Brians 2, una de las prisiones más nuevas de la red penitenciaria de Cataluña, inaugurada en 2007, albergó entre sus rejas a Fèlix Millet y Jordi Montull durante cerca de un mes en febrero pasado, cuando la Audiencia de Barcelona los envío a prisión a cumplir condena por el saqueo del Palau de la Música.

Este centro penitenciario, destinado principalmente a reclusos penados, no cuenta con un módulo aislado de seguridad similar al de la cárcel de Quatre Camins -donde cumplió condena el expresidente del FC Barcelona Josep Lluís Núñez por el "caso Hacienda"-, aunque sí de dependencias de mayor protección para determinados perfiles de presos.

Con capacidad para 1.500 reclusos, Can Brians 2 dispone de celdas dobles con ducha, en su mayoría, y cuenta con piscina, pista polideportiva, gimnasio y zonas de recreo ajardinadas.