El PP se enfrenta a un escenario inexplorado en sus casi 30 años de historia: la celebración de unas primarias para elegir a su líder nacional, para las que ya hay seis candidatos con tres aspirantes, a priori, favoritos: Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado. De los tres, la que más presencia ha tenido en Asturias en los últimos ha sido la exministra de Defensa, seguramente por el trabajo de campo, estrechamente ligado a los territorios, al que está obligada toda secretaria general que se precie.
El PP asturiano quiere ser respetuoso con los tiempos, de ahí que haya evitado pronunciarse públicamente sobre algún tipo de preferencia, al menos hasta que hoy venza el plazo para los precandidatos, una idea que ayer corroboró el diputado autonómico José Agustín Cuervas-Mons. "No se sabe si va a haber uno o dos más. A partir de que se conozcan todos los candidatos se producirán valoraciones y cada uno, con libertad, podrá decir cuál es la opción que más le gusta", comentó uno de los dirigentes del equipo de Mercedes Fernández con más perfil político.
En las filas populares se perciben estos días los nervios propios de toda experiencia iniciática. La organización asturiana no es una excepción y quien más quien menos toma posiciones ante una elección que abrirá una nueva etapa en el partido. Discreción formal aparte, a nadie se le escapa que la presidenta regional del partido, Mercedes Fernández, ha tenido desde su regreso a la política, a finales de 2011, una gran sintonía con Dolores de Cospedal, fraguada en conversaciones habituales. No sería de extrañar que la asturiana hubiera sido uno de las dirigentes territoriales con las que Cospedal confesó ayer haber hablado en la víspera para conocer su opinión sobre el congreso exprés del que saldrá el nuevo líder del PP, sin dedazo de por medio. Además, las visitas de Dolores de Cospedal a Asturias han sido habituales y las más de las veces para respaldar, de manera expresa, a Mercedes Fernández.
Como quiera que en política muchas veces los apoyos se definen y deciden en función de los equilibrios internos de los partidos, no parece nada descabellado que los más críticos con la gestión de Mercedes Fernández se decanten por aliarse con la gran rival de Cospedal, la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, que se ha prodigado mucho menos en Asturias aunque su última visita está reciente, ya que vino en abril pasado al acto oficial de toma de posesión de Mariano Marín como Delegado del Gobierno.
Pablo Casado, el candidato de la vía intermedia entre los polos opuestos de Cospedal y Sáenz de Santamaría, también tiene sus afinidades en Asturias, forjadas en su paso por la estructura de Nuevas Generaciones, donde compartió confidencias y también algún que otro acalorado debate con Pablo Pichel, que se atrevió el pasado año a medirse con Mercedes Fernández en el congreso regional pero se quedó a las puertas al no superar el filtro de los avales.
Con Casado también ha coincidido en Nuevas Generaciones el ovetense Gerardo Antuña. El tirón en Asturias de los otros tres precandidatos ya confirmados, José Ramón García-Hernández, José Manuel García Margallo y José Luis Bayo parece mucho menor que el de los tres favoritos en unas primarias que cuando se resuelven entre la militancia suelen deparar sorpresas; si no, que le pregunten a Susana Díaz.
