El presidente de la Generalitat Valencia, el socialista Ximo Puig, reclamó ayer medidas inminentes para mejorar la financiación de la Comunidad Valencia, lastrada por una de las mayores deudas por habitante del conjunto de España. Puig reclamó al presidente del Gobierno una inmediata "mutualización de la deuda", una hipótesis que el gobierno de Asturias ha combatido de manera frontal en varias ocasiones.

Puig aseguró que para el gobierno valenciano es "absolutamente irrenunciable" un cambio en el modelo de financiación", un debate que apremian Asturias y las comunidades que conforman el llamado frente del Noroeste, aunque con diferentes argumentos para urgir la acción del Gobierno.

Pero, ¿qué entiende la Comunidad Valenciana como cambios inmediatos en la financiación autonómica? Básicamente, conseguir que el conjunto del Estado reparta la deuda que soporta el territorio valenciano, que alcanzó un importe de 46.187 millones de euros al cierre de 2017, según los últimos datos del Banco de España del pasado mes de marzo, y que creció un 3,4% en apenas dos años. Según los últimos datos del Banco de España, la Comunidad Valenciana encabeza el listado de regiones más endeudadas en relación a su riqueza, ya que lo que debe representa el 41,4 por ciento de su Producto Interior Bruto.

Cataluña, con 77.478 millones de euros de deuda; Comunidad Valenciana (45.433 millones), Andalucía (34.140 millones) y Madrid (33.489 millones) concentran dos tercios de la deuda autonómica de España.

La singular situación financiera que atraviesan comunidades como la valenciana motivan que Asturias, con una deuda sensiblemente menor, rechacen cualquier pretensión de negociar bilateralmente quitas que favorezcan a los territorios más endeudados a costa de detraer ingresos de aquellas zonas que requieren mejor financiación por sus propias condiciones en la prestación de servicios públicos básicos, como la dispersión geográfica, la orografía o el envejecimiento de su población.

Precisamente en la rueda de prensa del último Consejo de Gobierno de Asturias, celebrada el pasado miércoles, el portavoz del Ejecutivo del también socialista Javier Fernández, Guillermo Martínez, insistió en rechazar cualquier negociación bilateral con comunidades autónomas, ni referidas a un posible cambio del modelo de financiación ni a explorar vías para establecer una quita de la deuda autonómica a cambio de detraer fondos que deberían repartirse entre otras comunidades autónomas.

En ese sentido, Martínez reclamó la reunión "cuanto antes" del Consejo de Política Fiscal y Financiera, como el mejor marco para llevar a cabo conversaciones "multilaterales" sobre el modelo financiero.

Las declaraciones ayer del presidente valenciano dejan claro que en el PSOE se abren frentes distintos cuando se habla de financiación autonómica, un debate respecto al que cada territorio se alinea según sus propios intereses desoyendo las consignas de partido. Puig dejó claro que es necesaria una "mutualización de la deuda" porque "la Comunitat Valenciana es la peor financiada y necesita un auxilio especial en estos momentos para cumplir con equidad con los ciudadanos". El eufemismo de Puig tiene una traducción inmediata: busca un acuerdo específico con el Gobierno de España que le permita reducir la deuda acumulada a través de los llamados Fondos de Liquidez Autonómica (FLA), un mecanismo de crédito creada por el Gobierno central en 2012, en el contexto de la crisis, para que el Estado preste dinero a las comunidades autónomas y que éstas no tengan que financiar su deuda en los mercados.