Los afiliados del PP asturiano dieron a María Dolores de Cospedal una de sus contadas alegrías, una solvente victoria parcial que al final de la noche resultó ser la segunda más rotunda de las tres únicas obtenidas por la ex secretaria general en el resumen de la votación por comunidades autónomas. La contundencia de su triunfo asturiano sólo se vio superada por la del éxito que obtuvo en su tierra, Castilla-La Mancha, y además de estas dos victorias amargas únicamente puede contar una más, la de Galicia. Asturias contravino así el resultado nacional consolidando su apoyo a la exministra de Defensa, la gran derrotada del proceso, a la que otorgó cerca de la mitad -un 49,3 por ciento- de los 1.811 votos emitidos para situarla muy lejos del 29,2 por ciento que consiguió Soraya Sáenz de Santamaría y del 20,3 de Pablo Casado. La cosecha testimonial de los otros tres aspirantes dejó a José Manuel García Margallo, José Ramón García Hernández y Elio Cabanes con catorce, dos y un voto, respectivamente.

En el recuento regional, los 893 votos de Cospedal superan por 364 los 529 de Santamaría y son algunos más del doble de los obtenidos por Casado (368). Votaron 1.811 afiliados, el 82,7 por ciento de los inscritos.

La vencedora del resumen regional lo fue también en catorce de las 22 mesas de votación habilitadas en Asturias, aunque entre las cinco que registraron victorias de Sáenz de Santamaría hay alguna significativa, como la de Oviedo, donde la exvicepresidenta se impuso por 83 votos a Casado (159 a 76), con el 53,8 por ciento, y por más de cien dejó tercera a Cospedal, con sólo 55. Se da la circunstancia de que Sáenz de Santamaría era la candidata que prefería el exalcalde de la capital Agustín Iglesias Caunedo, y Cospedal la aspirante a la que con más complacencia había arropado -"yo me fío de Cospedal"- la cúpula del partido que dirige Mercedes Fernández, también que la presidenta regional y el exregidor no se han significado últimamente por su sintonía. La exvicepresidenta se impuso además en Aller, la agrupación de la presidenta de Hunosa, Teresa Mallada, otro de los más visibles y explícitos apoyos que Santamaría ha encontrado en Asturias en la recta final de la campaña.

Además de las catorce victorias parciales de Cospedal, se registraron cinco de Sáenz de Santamaría -además de Oviedo y Aller, Mieres, Langreo y Castropol-. Pablo Casado se impuso en dos mesas -las instaladas en Llanera y Cudillero- y en una -la de los votantes de Llanes, Cabrales, Ribadedeva y las dos Peñamelleras- se registró un empate entre las dos aspirantes femeninas.

Oviedo fue, así las cosas, la única de las más grandes agrupaciones asturianas que contradijo la tendencia regional al triunfo de Cospedal. La ex secretaria general obtuvo triunfos contundentes en las otras plazas más importantes de la región. En Gijón arrasó ante Casado con cerca del setenta por ciento de los votos emitidos (260 a 66) y dejó a Santamaría en 43. En Avilés, se hizo fuerte con 87 votos, el 62,5 por ciento, frente a los 35 de la exvicepresidenta y los quince de Casado. En la mesa de Pola de Siero dobló a Santamaría (47 a 18, con once votos para Casado).

La dirección regional del PP no facilitó los datos desagregados por mesas ni oficialmente quiso valorar los resultados. Por la mañana, al depositar su voto, la presidenta de los populares asturianos, Mercedes Fernández, celebró la campaña "pulcra" de los candidatos a relevar a Mariano Rajoy y sobre sus preferencias sólo quiso convenir que "siempre que hay una mujer al frente de una organización, hay eficacia". La líder del PP en Asturias, que el sábado dijo en Gijón "yo me fío" de María Dolores de Cospedal, que el martes acompañó en Oviedo a Soraya Sáenz de Santamaría y a Pablo Casado, miró hacia delante defendiendo el comportamiento neutral de la organización que dirige y advirtiendo de que el proceso electivo no concluye en esta primera vuelta. El procedimiento en doble urna, una para marcar las preferencias de la militancia entre los cinco candidatos y otra para designar a los compromisarios que elegirán efectivamente al presidente o presidenta en el próximo congreso, garantiza que tanto unos como otros, afiliados y compromisarios, sean "libérrimos", define Fernández. "Los estatutos determinan que aquí no hay mandatos", recalca, "que lo que salga en la urna como candidatura a la presidencia tiene un recuento independiente y que los compromisarios no tienen un mandato de la primera. Son dos urnas que tienen un proceder autónomo".