Hace poco más de dos semanas, los partidarios de Pablo Casado en Asturias sólo pudieron conseguir interventores para nueve de las 22 mesas de votación en las primarias del PP. Ahora, ayer, la exconcejala de Oviedo Paloma Gázquez transmite la felicitación a quienes "dimos la cara contra el aparato regional y el local de Oviedo", cuando aquéllos optaban por Dolores de Cospedal, éstos respaldaban a Soraya Sáenz de Santamaría y casi nadie daba un duro por el que hoy es el nuevo presidente del partido.

Esa sensación fue cambiando y sus apoyos subiendo, tanto los reales como algunos virtuales. Cuando el viernes la presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández, escogió por sorpresa a Santamaría como su opción para la segunda vuelta cundió el desconcierto entre algunos de sus críticos, que la creían del lado de Casado. Ahora defendía lo mismo que sus antagonistas de Oviedo, y se desató cierta confusión. Hubo en la noche del viernes, según algunas fuentes, acercamientos que algunos de los posibles implicados niegan entre el equipo de Casado y representantes de los que en Oviedo habían apoyado a Santamaría.

Eso disparó especulaciones dentro de la delegación asturiana sobre un supuesto cambio de sentido de esos apoyos, un viraje que los aludidos ovetenses -con el exalcalde Agustín Iglesias Caunedo a la cabeza- negaron categóricamente incluso después de consumada la victoria de Casado y que tampoco cuadran a los ojos de los apoyos de Casado. Según estas cuentas, en el grupo de apoyo al exvicesecretario de Comunicación contaban con 25 de los 64 votos de compromisarios que llevaba Asturias. No echan en falta ni les sobra ninguno de los que esperaban y piensan que de los ocho de Oviedo únicamente tuvieron el de Pablo Álvarez-Pire, uno de los que daban por posible.