El Gobierno ha rechazado este domingo la acusación del líder del PP, Pablo Casado, de que la gestión del "Aquarius" haya provocado un efecto llamada para la inmigración, y ha subrayado que el Ejecutivo ha tenido que adoptar medidas urgentes por la "improvisación" del Gabinete de Mariano Rajoy.

Casado, en un acto de su partido en Ávila, ha acusado al Gobierno de Pedro Sánchez de provocar ese efecto llamada, ha rechazado la "demagogia" para hablar de inmigración y ha asegurado que "no es posible papeles para todos"

Ante esas acusaciones, fuentes del Gobierno han subrayado que se adoptaron decisiones respecto al Aquarius por motivos humanitarios y como una demostración de que se puede hacer una política de migración diferente en la Unión Europea

"No es justo hablar de efecto llamada por el Aquarius, sobre todo si se repasan las cifras", aseguran las fuentes, que han recordado que las llegadas de inmigrantes por vía marítima fueron de 8.162 personas en 2016, 21.989 en 2017 (un 269% más) y hasta el 30 mayo de 2018, 7.970 migrantes, y que esta tendencia al alza se mantiene desde 2013.

Por tanto, consideran que más que de efecto llamada se podría hablar de una imprevisión en los últimos años que ha obligado al actual Gobierno a adoptar medidas urgentes. En ese contexto, subrayan que en apenas mes y medio, se ha afrontado el problema migratorio con medidas concretas.

3,5 millones de euros

Así, se ha habilitado con carácter de urgencia un Centro de Acogida Temporal de Extranjeros que entrará en funcionamiento la próxima semana y en el que se han invertido casi 3,5 millones de euros.

Además, se han mantenido reuniones a nivel europeo para abordar de manera conjunta este problema y se han buscado ayudas concretas para países de origen y tránsito.

De la misma forma, el Gobierno recuerda que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha visitado Marruecos y Argelia y que mañana viajará a Mauritania, países todos ellos de origen y tránsito de migrantes, para buscar soluciones. Recuerda igualmente el Ejecutivo que Grande-Marlaska ha visitado Algeciras para conocer de primera mano la situación.

Valerio censura que se busque la "confrontación"

Por su parte, la ministra del Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, ha calificado de "impresentable" que líderes políticos, como Pablo Casado o Albert Rivera busquen un "camino hacia la confrontación" entre los españoles y los inmigrantes que llegan irregularmente al país.

Magdalena Valerio, que hoy ha visitado el nuevo centro de acogida temporal y derivación de inmigrantes que se ha abierto hoy en Chiclana de la Frontera (Cádiz), ha asegurado que España es un país "solidario" y que el Gobierno está obligado "a respetar los derechos humanitarios" y a dar "una atención humanitaria" a los inmigrantes que llegan de forma irregular a las costas españolas.

La ministra ha criticado que los presidentes del PP, Pablo Casado, y de Ciudadanos, Albert Rivera, hagan un uso "partidista" con el fenómeno migratorio y, "con falta de altura de miras" y "falta de respeto a los derechos humanos", busquen "un camino hacia la confrontación" entre los españoles y "personas que necesitan una ayuda humanitaria y que están viniendo a nuestras cosas".

Para la ministra, "no es una manera de actuar razonable, salvo que quieran sumarse a las tendencias de algunos otros líderes políticos europeos con actitudes racistas y xenófobas" que "llevan a la confrontación entre las personas y los pueblos". Tras subrayar que el Gobierno apuesta por "flujos migratorios regulados", la ministra ha señalado que el Gobierno da a los inmigrantes la atención como "nos gustaría que hicieran con nosotros si algún día nos encontráramos en esa coyuntura".