Magnitud 4,3. Intensidad grado 5. Profundidad 11 kilómetros. Detrás de esas cifras se esconde el terremoto de mayor potencia que se ha registrado en 58 años en la provincia de Alicante, que en la tarde de este lunes se dejó sentir en numerosas zonas de la provincia de Alicante. No en vano, los datos históricos sitúan este temblor en el cuarto lugar de episodios sísmicos de mayor magnitud desde primeros del siglo XX.

Con el epicentro localizado entre Crevillent y Albatera, fue precisamente su vasta profundidad la que impidió que causara daños, ni materiales ni personales. Eso sí, el susto fue mayúsculo para miles de personas que vieron como la tierra temblaba a sus pies y los muebles se agitaban creando bastante inquietud.

Veinte segundos como máximo en torno a las a las 16.40 horas, que se sintieron de manera sintomática en diversos municipios de la Vega Baja como Callosa de Segura, Benferri, Dolores, Orihuela o San Fulgencio. De manera especial cabe resaltar Algueña, donde la magnitud llegó a 4,2 grados. A medida que se ampliaba el radio, el seísmo se dejó notar en Elche, Alicante, Aspe, Elda, Novelda, Santa Pola y hasta incluso en El Campello, Sant Joan o Villena. De inmediato, los comentarios en las redes sociales empezado a proliferar, con un cruce de preguntas y respuesta constantes sobre quién había sentido un terremoto o un temblor, donde participaron numerosos lectores de Información.

Para que una persona note en mayor o menor medida un terremoto, depende del suelo donde esté situado el edificio y de la sensibilidad personal de cada individuo. Los expertos acotan el tempo de temblor, para una intensidad de un terremoto como el que este lunes se dio en la provincia, de entre 20 y 30 segundos. Más tiempo equivaldría a decir que se ha producido una gran catástrofe.

La variable entre la intensidad, que es como siente la población el temblor, y la magnitud, que es la fuerza con la que sale del foco, la determina la profundidad. Y en el caso de estge lunes, los 11 kilómetros de distancia evitaron males mayores. Tan solo como ejemplo comparativo, el terrible terremoto de Lorca de mayo de 2011 tuvo un seísmo premonitorio de 4,5 grados, que hora y media después se convirtió en una sacudida de 5,1 grados de magnitud. La diferencia es que la profundidad se estableció a tan solo 4 kilómetros de distancia de la superficie, lo que los expertos califican como 'debajo de la cama'. Y esa distancia tan corta fue devastadora.

Desde primeros del siglo XX que se tiene datos cuantificados en la Unidad de Registro Sísmico de la Universidad de Alicante, el terremoto de ayer, en Albatera, ha pasado a ocupar los primeros puestos de la clasificación. De hecho desde el 1 de junio de 1960, que un seísmo alcanzó los 4,4 grados de magnitud en Redován, no se ha producido ningún fenómeno natural de similares características en toda la provincia.

Por encima tenemos el terremoto del 5 de febrero de 1958, en Petrer, que se registraron 4,7 grados de magnitud, y en todo lo alto, los dos temblores que en 1919 llegaron hasta los 5,1 y 5,2 grados en San Miguel de Salinas. Estos son los dos episodios sísmicos más potentes que se han producido en la provincia de Alicante desde que se tienen pruebas científicas. Por lo que el temblor de Albatera ha pasado a ocupar el cuatro lugar en el ranking de seísmos históricos alicantinos.

Datos numéricos aparte, lo cierto es que el movimiento sísmico alertó a vecinos de toda la provincia salvo, prácticamente, a las poblaciones de las Marinas.

En la ciudad de Alicante, concretamente en la zona del centro comercial Gran Vía, los vecinos sintieron mover los muebles durante diez minutos y confesaron que "nunca habían visto nada parecido. Se movía todo como el papel". En Elche, miles de ilicitanos mostraron su inquietud tras notar un fuerte temblor en la tierra, sentido de forma generalizada por casi todos los barrios de la ciudad.

El teléfono 112 de la Generalitat recibió cerca de un centenar de llamadas de vecinos asustados por el temblor. El Consorcio Provincial de Bomberos no tuvo que hacer ninguna salida para atenciones con motivo del terremoto.