El Gobierno regional y distintos partidos de la región valoraron ayer el alcance del nombramiento de María Luisa Carcedo, con reacciones que van de la esperanza a la crítica pasando por el escepticismo o la exigencia.

El portavoz del Gobierno autonómico, Guillermo Martínez, felicitó a María Luisa Carcedo por su nombramiento y se mostró esperanzado con el apoyo que preste a Asturias desde su nueva posición en el Gobierno central. El Ejecutivo regional socialista hizo extensiva su enhorabuena a la Federación Socialista Asturiana (FSA) y a todos los organismos del Principado, al advertir que Carcedo es la persona "idónea" para ocupar esta responsabilidad. Martínez resaltó la importancia que tendrá el nombramiento de Carcedo para que traslade sus opiniones en temas como el de la transición energética, al Consejo de Ministros. "Asturias afronta desafíos muy importantes y ella conoce muy bien la realidad de la región, y esperemos que defienda sus intereses", planteó Martínez.

La presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández, dijo no tener "ninguna duda" de que el nombramiento está vinculado con "la fidelidad" que Carcedo demostró a Sánchez en la crisis interna del PSOE. "Esto no va de personas, va de proyectos y María Luisa Carcedo es una avalista del sanchismo, que traerá inestabilidad, déficit e impuestos", afirmó la dirigente popular. El portavoz de IU en la Junta, Gaspar Llamazares, optó por la exigencia: "Debe hacer frente a la política de privatizaciones de legislaturas anteriores y relanzar la ley de Dependencia", señaló Llamazares entre otros objetivos. Armando Fernández Bartolomé, de Ciudadanos, también atribuyó el nombramiento de Carcedo a la "fidelidad" y señaló que la nueva ministra debe abordar mejoras como "la sostenibilidad económica y la equidad" en la sanidad. El diputado del partido naranja tildó de "vergüenza" la situación que rodeó el relevo en Sanidad y se mostró escéptico por la repercusión que pueda tener para Asturias.