Un nuevo episodio de las conversaciones entre la ex secretaria general del PP, Dolores Cospedal; su marido, Ignacio López del Hierro, y el hoy encarcelado excomisario Villarejo causó ayer inquietud y malestar en el PP. Fuentes de la dirección apuntaron a "Efe" que "no es normal" que el esposo de la entonces "número dos" despachara asuntos del PP.

Aunque las fuentes admitieron que la situación se complica, añadieron que no pedirán por el momento a Cospedal que se haga a un lado. No obstante, precisaron que ella misma debería tomar esa decisión.

La web Moncloa.com publicó ayer una entrega de las conversaciones de Villarejo que recoge de fragmentos de conversaciones entre el excomisario y López del Hierro. En ellas se pone de manifiesto el interés de Cospedal en conocer el papel de su compañero Javier Arenas en la Fundación de Estudios Europeos y sus posibles relaciones con el entonces tesorero del PP, Luis Bárcenas, asunto sobre el que su esposo encargó a Villarejo un "dosier pagado".

Cospedal salió a defenderse de inmediato y explicó que era "su obligación" conocer todo lo que pudiera afectar al PP. Incluso consideró "impresentable" que se la critique por hablar hace nueve años con una persona que ahora está en prisión.

"Tener conversaciones con alguien que puede dar información no me tiene por qué dejar en un lugar comprometido", Cospedal aseguró que "no se le llegó a pagar ningún dinero" a Villarejo y que tampoco "hubo ninguna aportación de información posterior" del excomisario que, según dijo, tenía "una agencia de investigación autorizada por la Policía".