El president Torra atribuye a una "venganza" de los poderes estatales las acusación de la Fiscalía y la Abogacía General del Estado contra los dirigentes independentistas procesados por el 1-O. Con el viento a favor de la resolución sobre las hipotecas y la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, que establece que se vulneró el derecho de Otegui a un juez imparcial, el independentismo intensificó ayer en el Parlament su presión sobre el Tribunal Supremo. Ciudadanos y PSC coincidieron en pedir a Torra que aclare que hará en el caso de que proceso contra los líderes secesionistas encausados acabe con sentencias condenatorias.

El president de la Generalitat anunció en su comparecencia la intención "abrir el camino de la mediación" internacional en el conflicto catalán. Los diputados de JxCat leyeron un mismo texto en el exigen el archivo del causa contra el "procés" y la libertad de quienes se sentarán en el banquillo a partir de enero. Todas sus intervenciones comenzaban con un "Yo acuso al Estado español de mentir", un remedo del artículo de Zola sobre el "caso Dreyffus".

Arrimadas replicó a Torra que "no puede dar lecciones de independencia judicial", le instó a concretar su amenaza de no acatar ninguna condena del Tribunal Supremo por el 1-O y anticipa que "le van a pasar por encima los comandos y las masas calentadas por usted". También el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, emplazó a Torra a aclarar "qué harán si no aceptan la sentencia".