En las elecciones andaluzas se juega mucho más que el gobierno autonómico para los próximos cuatro años. Los líderes nacionales coincidieron ayer de campaña en Cádiz y dejaron en evidencia que su visa está puesta ya en unas elecciones generales que no tienen fecha de celebración, pero de las que las urnas del 2 de diciembre serían un avance.

"El tren de las victorias socialistas tiene su primera parada en Andalucía y la segunda, en las municipales y autonómicas de mayo", anticipaba en Chiclana el presidente del Gobierno. Sánchez acudió a arropar a Susana Díaz en el que, previsiblemente, será su único acto, copados ocho de los diez días que quedan de campaña por compromisos fuera de España. Hoy viajará a Marruecos, que estaba previsto como destino de su primera salida, que se fue posponiendo por falta de disponibilidad de Mohamed VI.

Juntos Sánchez y la jefa del Ejecutivo andaluz, en una bodega a rebosar con más de 1.200 personas, se cumplía el pronóstico del ahora presidente, quien en marzo de 2015 anticipaba que Díaz llegaría a San Telmo, la sede de la Junta, y él a la Moncloa. Una conjetura que pudo parecer una extravagancia cuando Sánchez y Díaz se convirtieron en acérrimos enemigos internos en una batalla descarnada por el control del partido, pero que los inesperados cambios políticos de estos meses terminaron por hacer realidad. Sánchez reclamaba ayer una "victoria rotunda" el 2 de diciembre "para que no haya bloqueos" en el Parlamento andaluz.

En su mitin más multitudinario hasta ahora, el PP reunió a 3.000 personas, según la organización, en el polideportivo de Algeciras. Allí Pablo Casado afirmó que Andalucía "no se merece un régimen clientelar y corrupto". El líder del PP, quien ya apuntó el primer día de campaña que los comicios andaluces eran la primera vuelta de unas elecciones generales, llamó a votar al PP como paso previo para "sacar a Sánchez de la Moncloa".

Miedo a las urnas

Durante un acto en Cádiz para apoyar a su candidato a la Junta de Andalucía, Juan Marín, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, acusó al presidente del Gobierno de haber "perdido el respeto" a los españoles y pidió que "no les tenga miedo" y convoque elecciones. España necesita "más estadistas y menos oportunistas", manifestó Rivera, quien considera que ahora la elección es entre "sanchismo o constitucionalismo, moderación o radicalidad, o pactos con los nacionalistas o combate al nacionalismo".

Teresa Rodríguez, candidata de Adelante Andalucía, coalición de Podemos e IU y otras formaciones menores, no intervino ayer en ningún acto y se encerró para preparar el debate televisivo a cuatro que se celebra esta noche.