El líder de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que será juzgado por rebelión en el proceso que comienza en enero en el Supremo, se vale de una reciente condena a España de la justicia europea para pedir la recusación del juez Manuel Marchena y el resto de los integrantes del tribunal del "procés".

Cuixart, en prisión desde hace más de un año, se basa en una reciente sentencia del del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que consideró probada la parcialidad de la magistrada de la Audiencia Nacional Ángela Murillo en el proceso contra el dirigente abertzale Arnaldo Otegi por el "caso Bateragune".

Una condena que la Abogacía del Estado es contraria a recurrir al considerar que no prosperaría, segun informó ayer "Efe".

Para la defensa del presidente de Òmnium, "las dudas de imparcialidad" que pesarían sobre Marchena "se extienden" al resto de la Sala Segunda del Supremo, de la que el juez es presidente.

El fundamento de la recusación de Marchena no es otro que el mensaje de wasap en que el portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, se vanagloriaba de que el pacto judicial alcanzado con el PSOE, con el juez presidiendo el Supremo y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), permitiría tener controlada "desde detrás" la Sala que juzgará el "procés".

Entre tanto, la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, descartó la celebración de un encuentro, el próximo 21 de diciembre, entre los miembros del Gobierno de Pedro Sánchez y los del Govern de Joaquim Torra.

La reunión es una iniciativa del Ejecutivo catalán por la que la Moncloa no ha mostrado el menor interés, no obstante lo cual Sánchez sí mantiene su intención de reunirse con Torra aprovechando que ese día el Consejo de Ministros se traslada a Barcelona. Tal como hizo con Susana Díaz en Sevilla el 26 de octubre.