Eduardo Zaplana ingresó en el hospital La Fe el lunes por un alto riesgo de contraer una infección en la prisión de Picassent donde se encuentra desde mayo. Según À Punt, los servicios médicos de la cárcel tomaron esta medida de forma preventiva dado el débil estado de salud que el expresident y exministro tiene por la leucemia que padece.

El abogado de Zaplana ha solicitado en diversas ocasiones que sea trasladado a su casa bajo el régimen de detención domiciliaria o sea liberado, porque su salud corre un grave riesgo estando en prisión. Así lo ha hecho saber el defensor aportando informes médicos.

El expresident ingresó en la prisión de Picassent en mayo tras ser detenido en el marco de la Operación Erial, que investiga el cobro de comisiones en la concesión de las licencias de ITV e irregularidades en el Plan Eólico, en 1997 y en 2003, respectivamente.

Encarcelamiento "inhumano"

Incapaces hasta el momento de convencer a los forenses o a la jueza, la familia y la defensa de Zaplana acumula cuatro recursos rechazados en los que reclamaban su puesta en libertad o el arresto domiciliario como alternativa a su encarcelamiento. Un tuit del jefe de Sección de Hematología Clínica y de la Unidad de Trasplante Hematopoyético de La Fe, Guillermo Sanz, reabre el debate sobre el internamiento de Zaplana al hablar de "inhumanidad".

"Los medicos no entendemos de Derecho y los jueces/as no entienden de Medicina y menos de leucemia (sic)" son las palabras que Sanz ha compartido en su cuenta de Twitter.

El hematólogo de Zaplana ya aseguró en el tercer informe médico "la probabilidad de presentar una infección grave con riesgo vital en los próximos tres meses es cercana al 100 %".

"Un retraso de horas en su diagnóstico y tratamiento adecuado comprometería seriamente su vida", especificó en su momento Sanz, médico encargado de realizar el trasplante de médula al expresident, al tiempo que aseguraba que el tratamiento no se efectuaba "de forma inmediata debido a las carencias de personal facultativo" existentes en el centro penitenciario.

En septiembre, su familia aseguró que Zaplana había perdido ya ocho kilos en catorce semanas y estaba "muy mal" tanto física como anímicamente e insistió en que presentaría todos los recursos necesarios para que sea excarcelado.