El juzgado de instrucción 12 de Palma, que investiga el caso Cursach, ha entregado esta mañana de viernes a los periodistas Kiko Mestre, de Diario de Mallorca, y Blanca Pou, los teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos que les fueron incautados por el juez Miguel Florit en na pieza separada del caso donde se investiga un presunto delito de revelación de secretos por parte de agentes del Grupo de Blanqueo de Capitales, la unidad que ha investigado al magnate de la noche.

Los móviles y los ordenadores han sido devueltos precintados y, según el letrado de la Administración de Justicia del juzgado, han permanecido desde el 11 de diciembre depositados en la caja fuerte de las oficinas judiciales.

El magistrado Miquel Florit ordenó el 11 de diciembre la incautación de ese material de trabajo de los dos redactores y el registro de las sedes de sus medios de comunicación. Según la fiscalía, ese auto pretendía preservar elementos de prueba del delito de revelación de secretos atribuido a los dos policías.

Florit, no obstante, revocó y anuló el auto el pasado 21 de diciembre con un segundo auto, del que no ha trascendido su fundamentación jurídica.

Mestre y Pou y sus medios de comunicación interpusieron una querella contra Florit por prevaricación judicial y delitos contra la inviolabilidad de domicilio y el ejercicio del secreto profesional de los informadores. La querella fue admitida a trámite por el Tribunal Superior de Justicia de Baleares tres días antes del auto revocando el primer auto de requisa.