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Condenadas a entenderse

Guerra asturiana en la convención de la "reunificación": "no queda otra" que Mallada y Mercedes Fernández "se sienten"

Es un amor imposible, pero convivir es ineludible por un tiempo. Como si fuese una pareja justo antes de divorciarse: ninguno de los dos da el paso de irse de casa y soportan una convivencia incómoda. Están condenadas a entenderse temporalmente. A Mercedes Fernández y Teresa Mallada "no les queda otra que sentarse a hablar", como dicen cada vez más sectores del PP asturiano, ya sean más proclives a un lado o al otro.

Esta misma semana se produjo un primer intento de acercamiento. Una reunión entre principales representantes del equipo de Mallada y de la dirección de Fernández. Con muchas tiranteces, pero necesaria. Mallada precisa, más allá del respaldo de la dirección nacional, de un mínimo de coordinación con la ejecutiva regional de Mercedes Fernández, que le tiene que prestar recursos del partido, ya sean medios materiales o humanos, para potenciar la campaña electoral.

Ni desde el entorno de Mallada, ni desde otros más proclives a Fernández se esperaban que esta guerra estallase en plena convención y se disparase públicamente contra el relevo al frente de la lista autonómica impuesto por Casado. Pero ocurrió. La expresidenta de Hunosa intenta evitar el cuerpo a cuerpo, aunque ayer contó como gran aliado con Javier Maroto, erigido ya en el gran azote de Fernández, el brazo ejecutor de Génova en Asturias.

Pero hay práctica unanimidad en que Fernández y Mallada deben encontrar vías de entendimiento. "Tenemos que ir todos unidos para conseguir gobernar en Asturias", señala el representante de un sector crítico con la presidenta regional del partido, que cree que la presidenta del PP asturiano "tenía preparado" el dardo que envió a Mallada al inicio de una convención nacional en la que, paradójicamente, se busca imagen de partido unido.

Desde el sector más afín a Fernández creen que habrá entendimiento, aunque justifican el sentimiento de desagravio de la líder de la formación. "Ella tiene un compromiso con el partido a prueba de bomba y no tienen más remedio que entenderse. Mercedes estará a la altura de lo que le piden", aseguran, pero recalcando, al mismo tiempo, que la dirección de Pablo Casado "se salió de la normalidad" en las formas con el nombramiento de Mallada. "Y las palabras de Maroto no eran pertinentes", agregan.

En la convención, Mallada, que ayer mantuvo un encuentro con Nuevas Generaciones, está muy arropada por un grupo joven y creciente, con Álvaro Queipo, presidente del PP de Castropol, y Pablo Álvarez Pire a la cabeza. Queipo será su portavoz de campaña. "Ilusión es lo que notamos en los afiliados respecto a Tere Mallada", expresó.

En ese entorno restan importancia a las tensiones con la ejecutiva regional, aunque reconocen que no coordinarse sería "un hándicap". En los próximos días deberán consensuar el equipo de campaña, en el que no faltará el secretario general del PP asturiano, Luis Venta, cercano a Mercedes Fernández, con quien las negociaciones ya están abiertas. No sin riesgo de divorcio.

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