Los ataques y reproches entre el Gobierno y el PSOE por un lado, y el PP y Ciudadanos por otro, a cuenta de la crisis de Venezuela, se han recrudecido hoy lunes mientras avanza el ultimátum dado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al presidente venezolano Nicolás Maduro para que convoque elecciones.

Este enfrentamiento se ha hecho especialmente patente en la Diputación Permanente del Congreso, que ha debatido una solicitud del PP para que comparezca de forma urgente el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y donde el diputado socialista Patxi López ha acusado al PP de usar este conflicto para "ganar votos".

El propio Borrell, que finalmente acudirá el miércoles a la Cámara Baja, había restado antes importancia a los ataques de Maduro hacia Pedro Sánchez por el plazo de ocho días que le dio el sábado para convocar elecciones libres.

Maduro situó a Sánchez "en el trasero de Donald Trump" y Borrell ha dicho que "lógicamente" no esperaban otra reacción de él, en una jornada en la que el presidente del Gobierno prepara su viaje de mañana a México y la República Dominicana.

Ambos países ha adoptado posiciones diferentes ante la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela y Sánchez planea proponer a sus máximos dirigentes, el mexicano Andrés López Obrador, que no lo ha reconocido, y el dominicano Danilo Medina, que sí, crear el grupo de contacto planteado por la UE para promover el diálogo entre Gobierno y oposición en Venezuela.

Pero desde España Sánchez sigue recibiendo críticas por su manera de abordar esta crisis; el líder del PP, Pablo Casado, ha arremetido contra él por haber acusado de falta de escrúpulos al PP por cuestionar los pasos que está dando.

"Sánchez, que tanto se mete con dictadores muertos, a un dictador vivo que está masacrando a la población, 25 asesinatos ya en lo que va de semana, le da ocho días ¿para qué? ¿porque le da vergüenza decir que él tampoco convoca elecciones?", se ha preguntado.

Reproches a los que se ha sumado el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien ha advertido al jefe del Ejecutivo de que "nadie se convierte en ocho días de tirano en un demócrata; Maduro tampoco", y ha lamentado que esté esperando a que se cumpla ese plazo para reconocer a Guaidó como presidente venezolano.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha recriminado la actitud de ambas formaciones al considerar "cuanto menos oportunista" que el PP y Cs utilicen lo que está pasando en Venezuela para atacar el Gobierno socialista.

Un argumento que el PSOE ha vuelto a repetir en el Congreso en la Diputación Permanente, a cargo de Patxi López, mientras la portavoz del grupo socialista, Adriana Lastra, ha tachado de "muy ruin y muy desleal" al secretario general del PP, Teodoro García Egea, por romper el consenso en política exterior.

García Egea se había preguntado "qué le debe" Sánchez a Maduro para no molestar al mandatario venezolano y había manifestado que es el "hazmerreír" del mundo por no haber reconocido ya a Guaidó.

El PSOE, sin embargo, ha defendido los pasos de Sánchez para "evitar la violencia" en Venezuela y propiciar una salida mediante el diálogo, en palabras de Patxi López.

Reflexiones no compartidas por su interlocutor del PP en la Diputación, José Ramón García Hernández, quien ha asegurado que a Maduro no se le pueden dar "ni ocho días, ni un minuto" para convocar elecciones porque carece de mandato constitucional para hacerlo.

Desde Unidos Podemos, su portavoz en el Congreso, Irene Montero, se ha desmarcado de la "polarización" del conflicto y ha insistido en pedir "diálogo y mediación".

Algo que también ha dicho ante la Diputación Permanente el diputado Pablo Bustinduy, para quien no puede llamarse demócrata quien apoye "un golpe militar, una intervención extranjera o una guerra en Venezuela", que para él es a lo que aboca reconocer a Guaidó.

Ciudadanos se ha alineado con el PP en las críticas al Gobierno por este asunto, ERC ha arremetido contra los populares a través de su diputado Jordi Salvador al tacharlos de "demofóbicos y antiurnas" hasta el punto de considerar que su talante "se llama fascismo", y el PNV ha recordado que el PP no era tan "entusiástico" contra Maduro cuando gobernaba.