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Elecciones

Políticos que cambian de bando antes de las elecciones

El denso período electoral abierto y la necesidad mutua de políticos y partidos estimula este 'mercado de fichajes'

Gil Lázaro y Mesquida cambian PP y PSOE por Vox y Cs. ARCHIVO

La política española está viviendo en las últimas semanas un activo 'mercado de fichajes'. Y, en algunos casos, con polémica. El denso período electoral, con comicios generales, autonómicos, municipales y europeos, ha provocado que los partidos políticos se vean necesitados de candidatos y, a ser posible, mejor conocidos y con experiencia. Por eso, y también por el desencanto de algunos políticos con su partido de toda la vida, se producen estas salidas, que, no obstante, pueden resultar no tan beneficiosas como creen los dirigentes, apuntan los expertos.

Abrió la espita uno de los líderes de Podemos, Iñigo Errejón, que sobresaltó el panorama de la política con su anuncio de irse a 'Ahora Madrid' con Manuela Carmena, decisión que irritó a la dirección del partido morado. Posteriormente, se han producido los casos de los socialistas Celestino Corbacho, que deja el PSOE para pasarse a la plataforma de Manuel Valls en Barcelona, y Joan Mesquida, que ficha por Ciudadanos en Baleares. El partido de Rivera ha tentado también a la ex diputada socialista Soraya Rodríguez, que trabajó a las órdenes de Zapatero, y José Ramón Bauzá, ex presidente del ejecutivo balear por el PP.

"Hay partidos que no tienen el suficiente tejido de militantes y cuadros", dice Miguel Ángel Presno Linera, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Oviedo

"Hay partidos que no tienen el suficiente tejido de militantes y cuadros", explica Miguel Ángel Presno Linera, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Oviedo. "Además, debemos tener en cuenta que se va a producir una concurrencia sucesiva de procesos electorales que no tiene precedente en la historia democrática española. Están en juego miles de cargos institucionales y no todo el mundo sabe, por ejemplo, gestionar el trabajo de un concejal en una ciudad importante", añade el docente asturiano.

El símil futbolístico aparece como un mecanismo de comparación válido, tanto para los políticos que saltan de un partido a otro como para quienes les reclutan. "Es como los equipos de fútbol que suben de categoría y necesitan reforzarse de cara a la nueva temporada. Y en el caso de los políticos, sería como el jugador que está en el declive de su carrera y busca una última oportunidad", añade Presno Linera. En una tesitura similar podría encajar el caso de Ignacio Gil Lázaro -19 años como diputado por el PP y otros 4 como senador-, que ha abandonado el PP para pasar a formar parte de Vox en Valencia.

Pero estas maniobras pueden tener un efecto negativo, advierte Jordi Rodríguez Virgili, vicedecano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y experto en comunicación política. "Con la irrupción de nuevos partidos, tenemos una oferta electoral mayor, lo cual es enriquecedor, pero también introduce una dosis de confusión en la ciudadanía. Además, para el partido político del que se va un cargo, esa decisión es como una traición", añade Rodríguez Virgili.

"Pertenecer a un partido es como formar parte de un matrimonio indisoluble", ratifica Presno Linera, que cree que episodios así pueden ser percibidos por hipotéticos electores como "oportunistas". "Precisamente porque son partidos nuevos parece contradictorio que fichen gente que representan eso, la vieja política en el sentido de que lo que importa es mantenerse en el cargo", añade el profesor de la Universidad de Oviedo.

Asimismo, como ha ocurrido en el caso de Silvia Clemente -fichada directamente por Rivera desde el PP-, la militancia más veterana y activa del partido no ve con buenos ojos su llegada, algo parecido a lo que ocurrió con la decisión de Pablo Casado de nombrar a Ruth Beitia como candidata a la presidencia de Cantabria por delante de otros dirigentes con más experiencia. En otros casos, el caladero de los partidos políticos suelen ser fichajes alejados de la política, pero con cierto reconocimiento social, como los casos de Pepu Hernández por el PSOE o el ex ejecutivo de Coca-Cola, Marcos de Quinto, por Ciudadanos.

Algunos sectores del electorado puede percibir estas maniobras como algo "oportunista", apuntan los expertos

"Estamos en un momento en el que la volatilidad del voto es muy grande. La gente está más dispuesta que antes a cambiar su preferencia y ya no se siente tan identificada con un partido. Hay cierto agotamiento con los partidos tradicionales. Tras las elecciones, va a haber que saber pactar y eso implica moverse en el terreno de los matices, en un momento donde precisamente no abundan", subraya el profesor de la Universidad de Navarra, para explicar estos movimientos, donde se ubican también la decisión de Vox de sumar a sus listas a cuatro generales retirados.

El factor de consideración personal del político sobre sí mismo también influye. "Es España no es fácil concluir de forma satisfactoria la vida política. Hay una idea de la imprescindibilidad de uno mismo", concluye Presno Linera.

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