Un año después del rifirrafe real, la expectación en las inmediaciones de La Seu era máxima. Un millar de curiosos esperaban desde antes de las 11 de la mañana en las afueras de la catedral palmesana para presenciar la llegada de la Familia Real a la misa de Pascua. Había mucha curiosidad para ver a las dos reinas que el año pasado protagonizaron un desencuentro por una foto con las niñas a la salida de la misa que se hizo viral.

Minutos antes de las 12, la Familia Real ha llegado en un Volvo XC 90 negro conducido por Felipe VI de donde han bajado la reina Letizia, la Princesa Leonor, la infanta Sofía y la reina emérita.

"Ahora llegan" o algún tímido "viva el Rey" o "yo soy español" han sido los únicos gritos de los ciudadanos que esperaban, paraguas en mano, la reconciliación de reinas. La mayoría eran turistas que como Maria Àngela Gómez y sus amigas se encuentran de vacaciones en la isla pero no han querido perderse la imagen real en la Pascua mallorquina.

Ha sido una llegada fría, la llovizna ha estropeado la imagen de unidad que tanto curiosos como la prensa esperaba. Han saludado a la delegada del Gobierno, Rosario Sánchez, y con premura han posado para la prensa a las puertas de la catedral, donde les esperaba el obispo Sebastià Taltavull. Una vez en el interior, han saludado a los fieles y se han sentado en los primeros bancos para escuchar la eucaristía.

Para esta misa de Pascua, doña Letizia ha lucido un vestido azul oscuro camisero con motivos florales mientras que la Princesa de Asturias ha optado por un abrigo blanco roto a tono con su abuela que ha vestido un conjunto de dos piezas de color blanco cava. La infanta Sofía ha acudido con un pantalón azul marino, un tweed de tono rosa palo y un abrigo azul en mano.