El desfile de ciudadanos discurría ayer con solemne parsimonia cuando un hombre se paró delante del féretro y le tiró unas octavillas encima, al parecer porque deseaba hablar con el presidente del Gobierno, la ministra de Defensa o el director del CNI. Los presentes se quedaron sin saber qué hacer. Nadie se movía de su sitio. Tras dudar unos instantes, Pedro Sánchez se levantó de la primera fila de la bancada de deudos y se acercó al espontáneo. Le cogió del brazo y lo sacó a una sala aledaña, donde habló con él unos minutos. En las imágenes del incidente se ve al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y a la "número dos" del PSOE, Adriana Lastra, salir detrás del jefe del Ejecutivo en funciones para reunirse con él.

Según fuentes de Moncloa, el incidente, el único que reseñar en toda la jornada, lo protagonizó un hombre que está afectado por una cuestión judicial que quería compartir con el Presidente, quien, al poco, regresó a sentarse de nuevo a su sitio en el velatorio.