Pese a que los partidos de nuevo cuño (Ciudadanos y Podemos) nacieron para conectar con un sector del electorado que no se sentía representado por el bipartidismo tradicional, el estudio demoscópico llevado a cabo por DYM Politics para Prensa Ibérica (grupo editor de LA NUEVA ESPAÑA) y "El Independiente" constata que hay un grupo de votantes que no acaba de sentirse identificado con unas siglas. Y es ese votante que fluctúa el que, a la postre, termina por influir en el resultado de unas elecciones.

Casi la mitad de los españoles siente que sus opiniones políticas no están representadas por los partidos que existen en la actualidad. Este espectro de votantes siente, pese a la irrupción de formaciones políticas llamadas a quebrar el equilibrio del bipartidismo, que hacen falta otros partidos que representen sus intereses. El 24,8 por ciento de los encuestados echa en falta otras alternativas de centro, mientras que el 24,2 por ciento reclama otras siglas de izquierdas que defiendan su ideario, y el 20,1 por ciento de los votantes de centro izquierda se siente en una situación de orfandad en cuanto a la representación política.

Por contra, son los espacios de centro derecha y derecha los mejor cubiertos y los que se enfrentan a una menor demanda de nuevas alternativas, según al encuesta llevada a cabo por el grupo editor de LA NUEVA ESPAÑA.

Este sentimiento echa raíces entre los votantes del centro, que son los que en mayor medida sienten la falta de unas siglas políticas que defiendan sus intereses. Ese era un espectro que, en teoría y a juicio de los criterios fundacionales, debía cubrir Ciudadanos, con su carácter transversal, capaz de inclinar la balanza de la mayoría a derechas o izquierdas según el caso. Pero los votantes sientes que los naranja no representan ese papel.