El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, no se someterá a un debate de investidura sin tener amarrados antes todos los apoyos y abstenciones necesarias para que prospere. "No iremos a una investidura fallida", ha asegurado la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la también ministra de Educación y Formación Profesional ha añadido que los socialistas están "trabajando" para intentar tener un Gobierno "antes de Navidad" y mantienen la "confianza" de que se pueda lograr.

No obstante, no son pocos quienes dentro del PSOE estiman que la negociación con ERC requerirá tiempo y, por tanto, ven más probable que el acuerdo definitivo tenga que esperar al menos hasta el mes de enero, según ha constatado Europa Press en conversación con dirigentes socialistas.

Basan esta percepción en que no ven que ERC haya cedido en su exigencia de establecer un diálogo entre el Gobierno español y el Govern catalán sobre la aspiración del independentismo de pactar un referéndum de autodeterminación.

Celaá se ha mostrado optimista respecto de las posibilidades de éxito de la negociación iniciada con ERC para recabar la abstención de sus 13 diputados, imprescindible para que la investidura de Sánchez prospere en segunda votación, donde sólo se necesita reunir más votos a favor que en contra.

"Las negociaciones entre los partidos avanzan (...) es esperanzador porque se están manteniendo los puentes de diálogo. Si hay nuevas citas, hay nuevas oportunidades y es ocasión de demostrar la apuesta por la convivencia y el respeto a la pluralidad", ha señalado sobre el compromiso de PSOE, PSC y ERC de verse de nuevo el 3 de diciembre, tras su primer encuentro entre delegaciones este jueves en el Congreso.

Celaá ha pretendido explicar que el Gobierno no ha variado su lenguaje con respecto al problema de Cataluña al pasar de definirlo como una "crisis de convivencia", como hacía en campaña electoral, a describirlo como un "conflicto político".

"Pensamos que hay una diferencia en formas de sentir y vivir Cataluña, en formas de relacionarse entre Cataluña y España. Esas diferencias tienen que ser resueltas (...) Si pensamos que hay un problema de convivencia, hay un problema político en Cataluña entre las dos mitades de Cataluña", ha señalado, evitando hablar expresamente de independentistas y no independentistas.

Celaá ha rehúsado calificar a ERC como una formación progresista al no querer entrar a "tipificarla", si bien ha considerado "absolutamente respetable" la opinión mostrada por el ya exministro de Exteriores Josep Borrell, que no la considera como tal.

Por otro lado, Celaá ha confirmado que el Gobierno sigue estudiando la posible impugnación ante el Tribunal Constitucional de la resolución de la Asamblea madrileña que insta, a petición de Vox, a la ilegalización de los partidos independentistas.

Y ha anunciado que el viernes próximo el Consejo de Ministros estudiará también si procede impugnar la última resolución del Parlament que insiste en el derecho de autodeterminación y critica a la Monarquía, una vez que este mismo viernes ha sido publicada en el Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya.

Preguntada por la posibilidad de que la negociación con ERC descarrile y el PSOE renuncie a su pacto con Podemos para intentar formar Gobierno con la abstención del PP, Celaá se ha referido a este escenario como "un futurible".

Además, ha añadido que, atendiendo a las declaraciones de los líderes 'populares', no parece que estén dispuestos a facilitar una investidura de Sánchez.

Celaá ha recordado cómo en la misma noche electoral, el secretario general del PP, Teodoro García-Egea, llegó a reclamar la dimisión de Sánchez por haber empeorado los resultados de abril tras perder dos escaños y pasar de 123 a 121 asientos en el Congreso. En este sentido, se ha quejado de que los partidos de derecha no se sientan responsables de la formación de Gobierno.