Al Gobierno asturiano le deja "relativamente satisfecho" los nombres de las personas que van a formar parte del nuevo Ejecutivo nacional que compartirán en coalición PSOE y Podemos, y en el que Teresa Ribera, hasta ahora ministra para la Transición Energética, asumirá una de las vicepresidencias, aumentando su poder en competencias claves para el futuro de Asturias. Seguirá llevando la batuta del cambio de modelo energético nacional -hacia un sistema con energías más limpias- y a partir de ahora se encargará de frenar el declive demográfico de regiones como la asturiana. El consejero de Industria regional, Enrique Fernández, ya le puso ayer deberes para resolver "los desafíos que hay en Asturias, que son muchos".

Entre los más urgentes está el de aprobar de una vez por todas las medidas que ayuden a recortar el precio de la luz para las industrias electrointensivas asentadas en el Principado y que así puedan ser más competitivas. Enrique Fernández añadió más deberes a la lista de Ribera. "Se trataría de que ese proceso de transición energética se lleve de manera justa, ordenada, pactada con todos los agentes y que no se deje atrás territorios como Asturias, ni empresas, ni industrias", señaló.

Más duros fueron los sindicatos. Especialmente CC OO, que le exigió medidas singulares en lo demográfico para evitar que la región se convierta en un "desierto poblacional". El secretario general de UGT, Javier Fernández Lanero, pidió a Ribera que tenga en cuenta las peculiaridades de la región y le reclamó que sea coherente y justa con las personas que habitan las cuencas mineras. "Asturias tiene una peculiaridad exclusiva que es especial y que necesita un tratamiento específico. Se necesita coherencia y certidumbre en los planteamientos", añadió.

El secretario general de CC OO, José Manuel Zapico, también reclamó un trato especial en lo industrial y en lo demográfico. "El área del reto demográfico ha de contar con la singularidad de Asturias, comunidad muy envejecida que no deja de perder población, para que no se convierta en un desierto poblacional". En el ámbito empresarial, el recibimiento fue algo más tibio. FADE descartó hacer comentarios y el presidente de Femetal, la patronal regional del metal, Guillermo Ulacia, solo apuntó que "será una vicepresidenta que estrechará la relación con Asturias, puesto que ambos cometidos tienen un importante efecto en la región, tanto el de la transición energética como el de la despoblación".

La oposición, vigilante

La que sí que fue contundente fue la oposición al PSOE en el Parlamento asturiano. Y eso que Podemos, socio de gobierno de los socialistas a nivel nacional, descartó hacer valoraciones del nombramiento de Ribera. Quien sí que lo hizo fue la portavoz del PP en la Junta, María Teresa Mallada, que reprochó a la nueva vicepresidenta haber "puesto en marcha una descarbonización exprés que supuso el cierre de las centrales térmicas sin buscar una alternativa. La industria asturiana tiene hoy un nuevo motivo para estar preocupada. Peligran miles de empleos. Trabajaremos para frenar a esta ministra radical". Mientras que la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Laura Pérez Macho, aseguró que "será necesario mantener una actitud especialmente vigilante y exigir a Ribera que actúe con mesura y responsabilidad con la industria asturiana".