En medio de la vorágine por la entrada en el Gobierno, Podemos se prepara para acometer cambios tranquilos en su dirección, a la espera de que un Pablo Iglesias convertido en vicepresidente convoque el Vistalegre III, la asamblea ciudadana en la que la militancia elegirá por cuatro años al secretario general.

Hasta febrero de 2021 tiene de plazo Pablo Iglesias para llamar al cónclave, pero puede adelantarlo con un movimiento que le permitiría tutelar su sucesión -o su reelección, porque puede optar a un tercer mandato- en el mejor momento de su carrera y sin oposición interna real. Esa cita es importante y está a la vista, pero la formación morada tiene ahora un reto más urgente: adaptar su Ejecutiva, el Consejo de Coordinación, a la nueva realidad de que el núcleo duro de la organización lo conforman los mismos que pasarán al Gobierno.

Por el momento se ha anunciado que Pablo Echenique será el nuevo portavoz parlamentario, mientras que Noelia Vera, portavoz del partido, sería otra de las diputadas integrada en el Gobierno junto con Ione Belarra y Victoria Rosell.

En la formación morada dan por hecho que se convocará pronto un Consejo Ciudadano que afiance perfiles y dé protagonismo a algunos nombres entre los que podría estar el de Ana Marcello, la actual secretaria de Círculos y Participación, mano derecha del secretario de Organización, Alberto Rodríguez.

Todo augura que el líder de Podemos no encontrará trabas en la asamblea, tanto si decide optar a la reelección como si deja en manos de alguno de sus colaboradores más cercanos el reto de pilotar el partido. Las miradas apuntan hacia la número dos, Irene Montero, que estará al frente del Ministerio de Igualdad. "Estoy convencida de que la próxima persona que ocupe la Secretaría General de Podemos será una mujer", dijo ella misma al respecto.

Con un grupo parlamentario de 35 diputados, de los que siete son de los comunes y cinco de IU, Pablo Iglesias ha conseguido el objetivo de gobernar con su peor resultado.