"Queda mucho camino por hacer", fue la recomendación que Luisa Carcedo realizó ayer en el relevo que dio ayer en el Ministerio de Sanidad a los tres nuevos responsables que se hacen cargo de las competencias de Derechos Sociales, Pablo Iglesias; Consumo, Alberto Garzón y Sanidad, Salvador Illa. La ya exministra asturiana deseó "todos los aciertos posibles" a sus sucesores en un acto en el que no pudo evitar emocionarse con la cálida despedida que le rindió la vicepresidenta Carmen Calvo.

"Es natural, sincero y esperable que le de las gracias a la ministra saliente, a Luisa Carcedo", manifestó Carmen Calvo en unas palabras que fueron interrumpidas durante 35 segundos de aplausos. "Luisa es compañera de camino, todo el mundo lo sabe y yo no lo quiero ocultar. Luisa se ha entregado, como se va a entregar el vicepresidente segundo del Gobierno" (en alusión a Pablo Iglesias", destacó Calvo, quien elogió la generosidad de la política asturiana y la labor de "orden" realizada por su equipo en el año y medio que ha estado al frente del Ministerio de Sanidad, en el que estuvo el también asturiano Faustino Blanco, ex consejero autonómico de Sanidad.

Carcedo, tal y como ya comentó el pasado sábado en la entrevista que concedió a LA NUEVA ESPAÑA, se incorpora a su escaño por Asturias en el Congreso de los Diputados donde no resultaría extraño que tuviera un papel relevante en la comisión de Sanidad o en alguna otra relacionada con los derechos sociales. Su buena "química" con la portavoz del grupo parlamentario socialista, la también asturiana Adriana Lastra, tampoco resulta desdeñable en una legislatura en la que al Gobierno y al PSOE les espera una oposición dura desde el minuto uno.