La elección de los miembros de la Generalitat para la mesa de diálogo sobre el "conflicto político" en Cataluña ha sorprendido y molestado al PSOE. El organismo se supone que deber reunir al gobierno central y al autonómico, un formato en el que ERC insistió durante las pasadas negociaciones de investidura, logrando mover a su terreno a los socialistas, que en principio eran partidarios de una mesa entre partidos. Ahora, sin embargo, republicanos y posconvergentes han pactado unos miembros del ente donde no solo hay integrantes del Govern, sino también dirigentes de las dos principales formaciones independentistas.

Los representantes del Ejecutivo central en la primera reunión de la mesa, convocada para este miércoles en el Palacio de la Moncloa, son todos miembros del propio Ejecutivo. Allí estarán el presidente, Pedro Sánchez; los vicepresidentes Carmen Calvo y Pablo Iglesias, y los ministros Salvador Illa, María Jesús Montero, Carolina Darias y Manuel Castells. En la parte catalana, en cambio, no solo tendrán asiento el 'president', Quim Torra; el 'vicepresident', Pere Aragonès, y los 'consellers' Alfred Bosch y Jordi Puigneró. La Generalitat también quiere que cargos de JxCat, como Josep Pius y Elsa Artadi, y de ERC, como Marta Vilalta y Josep Maria Jové, estén representados.

Los socialistas no ven con buenos ojos este movimiento, que atribuyen a las complejas relaciones entre posconvergentes y republicanos, que pese a que gobiernan de la mano en Cataluña se encuentran en plena guerra abierta, con las próximas elecciones catalanas en el horizonte. La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, ha evitado este lunes valorar los miembros propuestos por la Generalitat, pero al mismo tiempo ha dejado claro que todo está sujeto a cambios. La exministra ni siquiera ha dado por hecho que la reunión vaya a celebrarse en los términos propuestos por la Generalitat. "Eso lo decidirá el presidente, Pedro Sánchez", ha señalado tras la reunión de la dirección de su partido.

La mesa de diálogo, pactada por el PSOE con ERC sin el concurso de JxCat, no ha echado a rodar y ya se ha encontrado con múltiples polémicas. Primero, por si debía empezar a reunirse o no antes de las próximos comicios catalanes, que siguen sin estar convocados pero se esperan a corto plazo, con otoño como periodo límite. Después, por la fecha para el primer encuentro, con Sánchez y Torra siendo partidarios de días distintos. Y ahora, por la composición de este primera cita.

"Más allá de la legislatura"

Narbona se ha esforzado en rebajar las expectativas de la reunión. La solución territorial, ha insistido varias veces la presidenta del PSOE, no llegará a corto plazo, ni mucho menos, e incluso el acuerdo podría demorarse hasta la próxima legislatura. "El empeño es de una enorme envergadura y somos conscientes de ello. Son cuestiones que no se resuelven en una reunión o en dos. Quizá tampoco en 20 o en 30. El empeño puede ir más allá de los límites de una legislatura, aunque ojalá no sea así. La voluntad del Gobierno es avanzar cuanto más rápido mejor, pero siendo muy conscientes de la complejidad de lo que ahora se pone en marcha", ha señalado la exministra.

En la reunión de este miércoles, en cualquier caso, Sánchez pondrá encima de la mesa la llamada "agenda para el reencuentro", presentada tras la reunión que mantuvo con Torra a principios de febrero en Barcelona. El documento incluye, entre otras medidas, promesas de mejora de la financiación y más inversiones en infraestructuras. "Este proceso de diálogo será dilatado en el tiempo. Debe comenzar por cuestiones donde la respuesta es factible, como las inversiones en infraestructuras. Son temas en donde se puede ir generando un clima para un diálogo que más adelante podrá abarcar temas más complejos. De entrada, no se van a poner sobre la mesa temas más allá de la agenda para el reencuentro", ha dicho Narbona.