En plena crisis del coronavirus prácticamente solo una noticia pudo sobresalir entre las que daban cuenta del número creciente de enfermos y fallecidos. No era para menos. Felipe VI renunciaba a la herencia que le pudiera corresponder de su padre tras saberse que era beneficiario en un par de fundaciones. Mientras el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón y la Fiscalía Anticorrupción esperan a que la fiscalía suiza les aporte nuevos datos sobre el origen de los 65 millones de euros que donó a su entonces amiga Corinna zu Sayn-Wittgenstein, se van conociendo detalles de dónde fue el dinero.

La fiscalía suiza, que abrió diligencias a raíz del audio en el que Corinna contaba al excomisario José Manuel Villarejo que Juan Carlos I, entre otras irregularidades, había cobrado comisiones por la construcción del AVE a La Meca, contestó el pasado agosto una primera comisión rogatoria al juez García-Castellón. Esa primera colaboración internacional se centraba especialmente en dónde había ido a parar el dinero una vez estuvo en manos de Corinna.

El origen

Para el futuro de las diligencias abiertas en Anticorrupción y para que García-Castellón decida si reabre la llamada 'pieza Carol' -en la causa en la que investiga las cloacas policiales del Estado-, será clave la respuesta que obtengan en la siguiente comisión cursada, más encaminada a profundizar en el origen de ese dinero, según confirman a este diario fuentes jurídicas.

Se debe determinar si efectivamente los 65 millones de euros recibidos de la casa real saudí y que luego fueron presuntamente donados a la empresaria alemana proceden del cobro de comisiones ilegales. Tras el archivo de la pieza, Anticorrupción abrió diligencias de investigación para desentrañar si ese pago se produjo, lo que podría ser constitutivo de los delitos de corrupción en las transacciones económicas internacionales y de cohecho. Luego se añadió el delito de blanqueo, que podría hacer posible que el rey emérito sea investigado y en su caso juzgado, de determinarse que se produjo después de que renunciara al trono, momento en que perdió la inviolabilidad.

El fiscal suizo Yves Bertossa informó a García-Castellón de las conclusiones obtenidas tras registrar los despachos del abogado Dante Canónica y del gestor de cuentas Arturo Fasana, ambos administradores de la fundación Lucum, en cuya cuenta en el banco Mirabaud el rey emérico habría recibido los 65 millones que luego donó a Corinna Larsen.

De ellos, como ha adelantado este martes 'El País' y ha confirmado este diario, Corinna transfirió 39 millones a una de sus cuentas en el Fieldpoint Private Bank de EEUU. También dedicó parte a comprar, a través de la sociedad Siam Partner, dos apartamentos en la estación de esquí suiza de Villars-sur-Ollon y una mansión de cinco millones de libras (5.4 millones de euros) en el norte de Londres.