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Salvar al ejército Turismo

El Gobierno, con la presión de evitar que el coronavirus no cause en el segundo sector del país una debacle como la de la construcción en 2009

Pedro Sánchez desveló este fin de semana la estrategia en la que pensaba su Gobierno desde que la curva de la pandemia empezó a aplanar, hace ya varias semanas. Las cuatro fases de la desescalada española no marcaban a priori fechas, algo que sí hicieron otros países como Francia, pero apuntaban al último tercio de junio como referencia clave en la transición a la bautizada como nueva normalidad. No era por casualidad.

Si Steven Spielberg encomendó a Tom Hanks salvar al soldado Ryan, el Consejo de Ministros del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos tiene ahora la presión de evitar que el segundo sector económico del país sufra una debacle como la que arrasó a la construcción en la recesión de 2009. Un impacto similar se llevaría por delante al actual Gobierno, más tarde o más temprano, igual que le ocurrió al de José Luis Rodríguez Zapatero.

Pocas veces Pedro Sánchez habrá sido más sincero y cristalino que en la tarde del pasado sábado, cuando reconoció en riguroso directo que España necesita como el comer a los 80 millones de turistas que recibe cada año, una cifra récord que en este ejercicio será imposible de revalidar debido al cierre de fronteras obligado por el confinamiento durante más de tres meses.

Un trimestre catastrófico para los empresarios de la mayor "industria" del país y para el ejército de trabajadores y autónomos de hoteles, hostelería, agencias, compañías aéreas, apartamentos, casas rurales, sidrerías, bares y chigres, que durante más de sesenta días no han podido levantar la persiana.

Misión: salvar al ejército Turismo. Una actividad que mueve más de 12 por ciento del PIB nacional y genera 2,6 millones de empleos, solo por detrás del comercio y que tiene en los turistas procedentes del extranjero su más rico y abundante filón. Por cada millón de euros de actividad, el turismo genera 19 empleos. Triplica, por ejemplo, al sector de la automoción. De ahí que el Gobierno, una vez superado el escenario dantesco que ofrecían las UCI en el mes de abril, pretenda amortiguar en la medida de lo posible la pérdida de puestos de trabajo, estimulando la campaña turística nacional e invitando a los extranjeros a planificar su veraneo de este año en España, después de los palos recibidos tras anunciar una cuarentena que ya tiene fecha aproximada de caducidad en el próximo mes de julio.

"España necesita el turismo y el turismo necesita de seguridad en origen y destino", proclamó el presidente del Gobierno al anunciar que este año también tendrá su campaña de verano, aunque, sin duda, marcada por los efectos del covid-19.

El tradicional destino de sol y playa "marca España" tiene ahora la reválida, y la obligación, de mostrar seguridad y capacidad para dar respuesta a la mayor pandemia sanitaria global en cien años. Un factor que puede resultar diferencial respecto a otros países ante el miedo a moverse por el mundo dadas las actuales circunstancias.

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