La mascarilla se ha convertido ya en obligatoria algunas regiones españolas como Baleares y Cataluña, donde la Generalitat ha empezado a multar con 100 euros a todas las personas mayores de 6 años que salgan de casa sin ella, incluso cuando puedan mantener la distancia de seguridad. El Gobierno catalán ha adoptado la prohibición coincidiendo con la aparición del principal rebrote de coronavirus en España, en la comarcal del Segrià, que ha obligado a confinar a 200.000 personas. En esta normativa solo se permite descubrirse la boca cuando se haga deporte o al bañarse en la playa. El Gobierno cántabro, tal y como ha expresado su presidente, Miguel Ángel Revilla, también es partidario de imponer el uso obligatorio en todo momento y lugar. Del mismo modo el presidente asturiano ha asegurado que su Ejecutivo está "barajando" la aplicación de esta medida de protección. El brote de coronavirus más próximo al Principado está localizado en la comarca de la Mariña lucense. Hay 165 casos positivos, pero hoy está previsto levantar ya las restricciones de accesos impuestas durante toda la semana. Con estas medidas, España va a aplicar alguna de las normativas más restrictivas del mundo en cuanto al uso de mascarillas.
Asia. China carece de una normativa uniforme y cada Gobierno provincial modula su obligatoriedad según la gravedad. La normativa es irrelevante en su cumplimiento: en China y en toda Asia ha sido generalizado porque la mascarilla se entiende como un elemental gesto de solidaridad.
La mascarilla fue obligatoria tras el encierro de la provincia de Hubei, la más afectada por la pandemia, y la infracción acarreaba arrestos o multas. También lo fue en Pekín en espacios públicos y lugares de trabajo tras las vacaciones de Año Nuevo. En mayo, tras semanas sin contagios locales, se levantó la obligación, informa Adrián FONCILLAS.
En Turquía, donde los nuevos casos diarios superan el millar, la mascarilla es obligatoria en casi todo el país bajo cualquier circunstancia. Las multas van desde las 3.000 liras turcas (380 euros) a 900 liras turcas (115 euros) para las personas sin mascarilla o que la lleven mal puesta. La realidad es que mucha gente las lleva en la barbilla o debajo de la nariz, informa Adriá Rocha CUTILLER.
Desde el 3 de abril, los centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE UU recomiendan usar mascarillas, pero no las imponen ni la Agencia Federal ni el Gobierno de Donald Trump, quien se niega a llevarla en público pese a las presiones de su propio partido. Así, determinar la obligatoriedad de la máscara, que se ha convertido en un símbolo de la polarización política durante meses (con los conservadores reacios a usarla), queda en manos de los estados.
Aunque 23 estados tienen requerimientos laxos y en cuatro (Iowa, Montana, Wisconsin y Dakota del Sur) no hay ninguno, en otros 23, así como en DC y en Puerto Rico, se ha impuesto el uso de las mascarillas, con variaciones de obligaciones. El denominador común es usarlas en público, y sobre todo en interiores, si el distanciamiento no es posible, informa Idoya NOAIN.
Los países latinoamericanos se acercan a los tres millones de infectados por covid-19 antes de la fase más aguda del contagio.
Los argentinos han acatado la obligatoriedad del uso de la mascarilla en los lugares públicos, así como el distanciamiento social. Los casos positivos rozan los 81.000. El Gobierno chileno se vio obligado a redoblar los rigores en el espacio público tras otra ola de contagios, actualmente cerca de los 300.000. No se puede salir a la calle sin tapabocas. Igual que en México, con una cifra similar de infectados.
Venezuela se encuentra bajo los límites de una "cuarentena radical" que obliga a usar mascarillas fuera de casa. La protección también se ha vuelto un imperativo en Colombia. El Gobierno peruano confeccionó diez millones de protectores faciales para los usuarios de buses públicos.
Brasil sufre un alto grado de casos positivos (1,6 millones) por las decisiones de Jair Bolsonaro en materia sanitaria. El presidente, que ha dado positivo, ha vetado el uso de máscaras en comercios, iglesias, escuelas e incluso cárceles, informa Abel GILBERT.
El panorama frente a la pandemia es variado en el continente europeo. En Inglaterra y Escocia, las mascarillas son obligatorias en el transporte público. En Inglaterra lo es también en hospitales. En Gales e Irlanda del Norte no son obligatorias.
En Alemania, las normas dependen de cada uno de los 16 estados federados. Pese a los roces con el Gobierno federal de Angela Merkel, hay consenso generalizado. Los estados regionales han pactado prolongar de forma indefinida el uso obligatorio de la mascarilla en comercios para frenar una segunda ola, informa A. JEREZ.
El uso de tapabocas se ha generalizado también en Bélgica. Desde el 4 de mayo, los mayores de 12 años que utilicen el transporte público deben cubrirse. También se requiere su uso en lugares de trabajo si no es posible respetar la distancia de metro y medio, informa Silvia MARTÍNEZ.
En Italia, las máscaras protectoras son aconsejadas por el Gobierno, aunque la mayoría, sobre todo los jóvenes, no hacen caso. Las autoridades regionales -con las competencias sanitarias- están aprobando nuevas normas más duras. Legalmente, la única obligación es en los locales si no se puede asegurar el metro de distancia, informa R. DOMÈNECH.
Salvo para determinados profesionales o para entrar en algunos sitios, la mascarilla no es obligatoria en Francia y su uso es solo una recomendación que poca gente sigue. No se puede subir a la Torre Eiffel o entrar en el Louvre sin ella y los camareros deberían llevarla, aunque lo normal es verlos sin mascarilla porque, como en todo el comercio, la decisión es del dueño del local. De momento, solo en el transporte público se impide la entrada sin mascarilla, obligatoria a partir de los 11 años, informa Eva CANTÓN.
Todo lo relacionado con la epidemia del covid-19 es una competencia de las regiones en Rusia. En el país más extenso del mundo conviven realidades epidemiológicas muy diferentes. Mientras en Moscú los contagios van remitiendo, en el lejano territorio de Zabaikal, la epidemia no ha hecho más que comenzar.
En Moscú, la obligación de llevar una máscara en lugares como supermercados o en el mismo metro es aplicado con una enorme ligereza y dependiendo siempre del funcionario de turno, informa Marc MARGINEDAS.
