Pocos meses antes de ser imputado por el juez del caso Kitchen, el exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez dejó por escrito su estrategia de defensa en una nota intervenida en su teléfono móvil en la que advertía de que él no iba a ser un "mártir" y que, si el juez lo citaba, sería "muy claro".

Martínez escribió la nota el 13 de octubre de 2019, casi un año después de que empezara la causa y cuando ya se sentía abandonado por el partido -había quedado fuera de las listas y con ello había perdido el aforamiento-, y, sobre todo, por su antiguo jefe, el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz.

El exsecretario de Estado había registrado ante notario los mensajes que intercambió con Fernández Díaz en 2013, cuando comenzó la operación, que muestran, según sus propias palabras, que recibió "instrucciones muy concretas" para coordinar a los implicados en el espionaje a Bárcenas para robarle la documentación que pudiera afectar a la cúpula del PP.

Además, poco después de ir al notario, escribió en su teléfono una nota titulada "Mensajes para trasladar", en la que advertía que, si le llamasen a declarar -como ya apuntaban los medios de comunicación-, sería "muy claro" en todas su explicaciones y aportaría "todo el material probatorio" que tuviera.

Algo que encaja con los mensajes telefónicos que había intercambiado con, entre otros, el ex director adjunto operativo de la Policía Eugenio Pino en los que advertía que, si él declaraba, después tendría que hacerlo Fernández Díaz y, probablemente, Mariano Rajoy.

El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón lo citó poco después como investigado, pero hasta el momento el ex alto cargo de Interior se ha negado a declarar mientras la causa permaneciera secreta; es decir, hasta ayer.

En sus notas, Martínez apunta que tanto él como su familia han sufrido mucho sin que "NADIE del partido (del equipo anterior o del actual)" mostrara "el más mínimo interés" en ayudarle y que, además, filtraron que el espionaje a Bárcenas era problema suyo.

Según él, esa operación no fue iniciativa suya, "sino todo lo contrario". "Recibí instrucciones MUY CONCRETAS (las primeras el 13/07/2013, cuando Fernández Díaz le dio el nombre del chófer de Bárcenas) y tuve presión diaria para obtener y transmitir la información".

"A mí este asunto ni me importaba, ni me preocupaba, ni me interesaba, pero escuché muchas veces de mi superior que era 'el asunto más importante que teníamos entre manos'... Y todo eso lo puedo demostrar".

En ese contexto, asegura que será muy claro ante el juez cuando declare: "Lo que nadie puede pretender es que sea una especie de mártir en una causa que no era la mía, que nunca lo fue y en la que me vi involucrado exclusivamente por lealtad y obediencia".

Francisco Martínez plantea en sus notas posibles estrategias, entre ellas conseguir que el caso permaneciera un tiempo "dormido", "lo cual no debería ser difícil teniendo en cuenta que ese juzgado (el número 6 de la Audiencia Nacional) está sobrecargado de asuntos y que el principal acusado en esta pieza (el excomisario Villarejo) está MUY ENFERMO".

Menciona que hay personas "con una relación muy estrecha con el titular del juzgado", en concreto el exministro del Interior Juan Ignacio Zoido, y que también debería haber personas "con capacidad de llegar a los fiscales", a los que considera "OBSESIONADOS con esta pieza".

También subraya la importancia de que el Gobierno no desclasifique más documentos (critica a Fernando Grande-Marlaska por haberlo hecho, "probablemente para impresionar a su actual jefe y demostrar el pedigrí socialista que durante años negó").

Al respecto, añade una seria advertencia: "Lo que deben tener claro es que yo pediré autorización para hablar de TODO y que tengo muy claro que en el asunto que nos ocupa hubo otros servicios que intervinieron. Si lo que se pretende es desclasificar y liberar el SECRETO, será sobre todo, no solo sobre lo que a mí me pueda perjudicar".

Esa referencia velada al CNI no es la única que aparece en el escrito remitido por la Fiscalía al juez en el que se recoge la nota de Martínez.

También hay una conversación mantenida el 13 de julio de 2013, entre Martínez y Fernández Díaz en la que se menciona un contacto, "Cecilio", alusión en clave al servicio de inteligencia:

- Francisco Martínez: "Entiendo que hablamos mañana en cuanto tengas el contacto Cecilio. Yo estaré viajando pero totalmente de guardia y conectado".

- Fernández Díaz: "Yo lo tendré al acabar el Consejo, así hemos quedado. Total coordinación y medios. Hay que conseguir esa info...".

- Francisco Martínez: "Ok. Espero tu llamada después del Consejo. Bs noches".

En la nota intervenida, el exsecretario de Estado incluye su análisis de lo ocurrido: "El desastre que supuso la detención del Yeti (en alusión a Villarejo) lo provocó FSR (Félix Sanz Roldán, entonces director del CNI) con pleno conocimiento de SSS (Soraya Sáenz de Santamaría) y bajo la pasividad total de Zoido (entonces ministro del Interior), que no se enteraba de nada".

"Que nadie pretenda ahora que este problema es mío", concluye.