El pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) respondió ayer a la presión del Gobierno y colectivos de izquierda para que paralizara sus nombramientos hasta ser renovado con la elección, prácticamente por unanimidad, de tres magistrados para la Sala Segunda del Tribunal Supremo (TS), la que se ocupa de juzgar a los aforados. Recibieron 19 votos de los vocales a favor, con independencia de qué partido los propuso para el órgano de gobierno de los jueces. Solo Álvaro Cuesta y Concepción Sáez votaron en blanco.

En un voto particular, en el que se mostraba partidario de haber retirado los nombramientos, Cuesta, propuesto en su día por el PSOE, parafraseó al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, para recordar que existía "el precedente de un CGPJ en un superlativo grado de descomposición, como fue el elegido en 2001 y que no se renovó, también por bloqueo del Grupo Popular, hasta 2008". "Nadie cuestionó la capacidad de nombramientos", añade, y los realizó "hasta última hora". Fue el Consejo del que fueron vocales el propio Campo y el actual consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, Enrique López.

A uno de los nombrados, Ángel Hurtado, se le considera conservador, porque en la sentencia de la Gürtel que provocó la moción de censura que acabó con el Gobierno del PP renunció a redactar la parte relativa a la caja b, que cedió a su compañero José Ricardo de Prada.

A los otros dos, en cambio, se les atribuye una sensibilidad progresista. Son Javier Hernández, hasta ahora presidente de la Sala de Apelación del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, y Leopoldo Puente, miembro de esa misma sala, pero en el tribunal superior madrileño.

Uno de los argumentos para pedir que el CGPJ renunciara a hacer nombramientos, pese a estar previsto en la ley, es que su presidente, Carlos Lesmes, aprovecharía para designar a magistrados conservadores para el Supremo, lo que explicaría por qué el PP rechazaba sentarse a negociar, al saberse beneficiado con la composición actual.

Además, el Pleno eligió a César Tolosa presidente de la Sala Tercera o de lo Contencioso del Supremo, por 18 votos, en sustitución de Luis Díaz-Picazo, muy cuestionado en su día por su gestión del recurso sobre quién debía asumir los impuestos hipotecarios. La otra candidata, Pilar Teso, solo obtuvo un voto.

María Luisa Segoviano fue nombrada presidenta de la Sala Cuarta o de lo Social del TS con 19 votos a favor. Es la primera mujer que logra esta responsabilidad en los 200 años de historia del alto tribunal. Para presidir la Sala de lo Militar se eligió a Jacobo Barja de Quiroga. A ambos se les considera progresistas.