La exjefa etarra Soledad Iparraguirre, Anboto, ha negado en el juicio que ordenara el atentado contra el cuartel de la Policía Nacional de Buenavista de Oviedo en 1997 y ha manifestado: "Entré en ETA" y en aquella época "o te mataba el GAL o te cogía la Policía".

La Audiencia Nacional ha iniciado este martes el segundo juicio en España, tras ser entregada por Francia, a Anboto, ya condenada en julio tras el primero a 122 años de cárcel por ordenar el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo en 1995 en León.

En el procedimiento que ahora se está juzgando el fiscal pide que sea condenada a otros 71 años de prisión por haber ordenado el referido atentado de Oviedo, cometido con lanzamiento de granadas por los ya condenados por estos hechos Kepa Arronategui y Eneko Gogeascoechea, en el que una viandante resultó herida y se causaron daños materiales en la vía pública y en edificios.

Anboto fue detenida en Francia en 2004 y los tribunales franceses la condenaron a veinte años de cárcel tras considerarla responsable de los denominados "comandos legales" de la banda terrorista ETA.

La exdirigente etarra, junto con José Antonio Urrutikoetxea, Josu Tenera, leyó el comunicado en el que el 3 de mayo de 2018 la banda terrorista anunció su "disolución" definitiva, y el año pasado fue extraditada para responder de doce atentados de los que está acusada en España.

Durante la vista ha manifestado que decidió trasladarse a Francia con su padre porque no quería volver a sufrir los malos tratos que dice que recibió tras haber sido detenida en una primera ocasión en su domicilio familiar junto con su madre y sus hermanos.

Ya en Francia, "era 1982 y el GAL empezaba a cometer asesinatos contra refugiados vascos", ha recordado Soledad Iparraguirre, que ha relatado que en una calle cercana a donde vivía en Bayona secuestraron -ya en 1983- a José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, a los que terminaron matando, y que tres personas habían esperado un día a su padre en las inmediaciones de su casa.

Ha añadido que en esa época "también comenzó la represión del Gobierno francés" y en ese contexto "o te mataba el GAL o te cogía la Policía francesa y te ponía en manos de la Policía española".

"Tenía claro que no me iban a pillar y entré en ETA porque no tenía otra solución", ha recalcado Soledad Iparraguirre.

La acusada ha asegurado que nunca usó el sobrenombre de Anboto y estima que en un momento determinado vio que "fuentes policiales la empezaron a poner en el nuevo organigrama" de la banda.

"ETA era el centro de todo y mediáticamente cada equis tiempo decían que habían detenido al cabecilla, había que poner quién era el bueno y quién era el malo y salió mi nombre", ha comentado.

En la vista han testificado Kepa Arronategui y Eneko Gogeascoechea, que han negado que Iparraguirre les ordenara la comisión de atentados como el de Oviedo y les diera los materiales.

Un policía que se personó en el lugar del atentado ha relatado que poco antes de las ocho de la mañana del 21 de julio de 1997 fueron lanzadas tres granadas desde unos tubos preparados por los terroristas en unos jardines a unos 200 metros de las dependencias policiales, una de las cuales impactó en plena avenida de Galicia, "bastante transitada", donde resultó herida una mujer.

Ha añadido que las otras dos granadas llegaron hasta un patio interior y a un tejado de viviendas habitadas, si bien esta última no explosionó, así como que los etarras colocaron una bomba trampa en la zona que fue neutralizada por técnicos en desactivación de explosivos de la Policía Nacional.