El PP ha votado 'no' a la moción de censura de Vox. Pablo Casado ha hecho el anuncio en la tribuna del Congreso en una intervención con un tono totalmente desconocido en su relación con el partido ultra. El presidente de los populares se ha lanzado contra Santiago Abascal, al que ha acusado de hacer perder el tiempo a los españoles con una iniciativa fallida y por no representar una alternativa real al PSOE.

"Decimos 'no' a la ruptura que usted busca, 'no' a la polarización que usted necesita, como Sánchez; 'no' a esa España a garrotazos, en blanco y negro, de trincheras, ira y miedo; 'no' a ese engendro antiespañol que patrocinan", ha espetado Casado para justificar su decisión. "Tres meses creando expectación y atacando al PP para nada. Mucho ruido y pocas nueces, como todo lo que hacen ustedes", ha lamentado en una intervención inicial dedicada completamente a Vox.

"En estos dos años como presidente del PP no he contestado a sus provocaciones sobre todo por respeto a sus votantes (...) Pero es hora de poner las cartas boca arriba. Hasta aquí hemos llegado", ha afirmado subrayando la ruptura. Vox nació en el seno del PP, cuando Mariano Rajoy desmoralizó a algunos dirigentes por su supuesta debilidad ante el nacionalismo vasco, y hoy ese cordón umbilical lo ha cortado de tajo Casado.

Nunca hasta hoy le había plantado cara de esta manera porque se había dejado arrastrar por su radicalidad. Y por eso ha sorprendido a todos. También a sus propios diputados en el PP, que se han enterado en ese momento de lo que tendrán que votar este mediodía. Y, sobre todo, ha descolocado al líder de Vox. "Estoy absolutamente perplejo", le ha confesado Abascal cuando le ha dado la réplica. En su opinión, Casado ha asumido la "caricatura" de Vox que dibuja la izquierda y se ha colocado en la "equidistancia" entre ellos y los que "pactan con ETA".

El dirigente de ultraderecha le ha recordado en dos ocasiones que no le ha dado nunca las gracias por apoyarles para poder gobernar en Andalucía, Madrid y Murcia, aunque ha apuntado que los ciudadanos de esas comunidades pueden estar tranquilos porque es consciente de la "responsabilidad histórica que tiene Vox" y no los hará caer para dejar paso a la izquierda.

En la segunda intervención de Casado, ya ha lanzado algunas pullas a Pedro Sánchez pero se ha reafirmado en su distanciamiento de Vox y en su falta de proyecto para España. "Hemos estado aguantando insultos dos años", le ha recordado a Abascal.

Casado no había querido adelantar con anticipación el sentido del voto, porque quería escuchar el tono de los dirigentes de Vox en su defensa de la moción, una muestra del poder que la formación ultra ha tenido (al menos hata ahora) para marcarle la estrategia. Falta por ver si todo su grupo parlamentario (88 diputados) siguen la indicación y votan lo mismo o hay alguna disidencia. Advirtió el lunes de que no la entendería puesto que los parlamentarios solo tienen libertad de voto cuando se trata de "cuestiones éticas o morales", como señalan los estatutos del partido.

Pero, pese a ese retraso en saber qué botón deberán apretar, han mostrado su júbilo con largos aplausos tras escuchar las intervenciones de su presidente.

  • ENCUESTA | ¿Qué líder político sale mejor parado de la moción de censura?