El Gobierno ofrece "detener el reloj" de la reforma exprés de la ley orgánica del poder judicial (LOPJ) como gesto hacia el PP para pactar juntos la renovación del órgano de gobierno de los jueces. Y hacerlo ya, sin demora, "en beneficio de la Constitución, la democracia y la ciudadanía".

El presidente del Gobierno tomó la palabra para cerrar el debate de la moción de censura, después de una segunda jornada intensa y realmente decisiva, por lo que supuso de ruptura sorprendente y a sangre fría de Pablo Casado con Vox.

Sánchez, tras volver a cargar contra Santiago Abascal y subrayar que no tiene "un plan ni sensato ni medio sensato" para España, se dirigió al PP. Recordó que este miércoles, en el arranque del debate, planteó a sus señorías hacer, en la medida de lo posible, una moción "constructiva" frente a la "expresión de furia destructiva" que vertió el candidato ultra sobre la tribuna, discurso de odio que "con acierto desveló" Casado durante su intervención, elogiada en reiteradas ocasiones por el Gobierno.

"Es una oportunidad para construir", le dijo el presidente a Casado. "Renovemos el Consejo General del Poder Judicial, el Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional. Necesitamos entendimiento, diálogo. Pero mire, señor Casado, como todo esfuerzo en favor del entendimiento es poco, doy un paso más. Le anuncio que por nuestra parte vamos a detener el reloj de la reforma de la ley orgánica del poder judicial para poder llegar a un acuerdo con ustedes", subrayó Sánchez. "Podemos empezar ya. Cuanto antes. En cuanto concluya la votación de la moción de censura".

Primer paso desde Bruselas

Lo que hace por tanto el Gobierno, en correspondencia con ese 'no' a Abascal del PP -el sentido del voto que le pidió la víspera-, es poner en el congelador la proposición de ley que registraron PSOE y Unidas Podemos que ha sido censurada por la Comisión Europea y por el Consejo de Europa, que no gustaba a miembros del Ejecutivo y que fue denunciada por el PP en Bruselas. El Ejecutivo era consciente de la presión que recibía de Europa y de las posibilidades de que si la reforma se llevaba a término podría recibir un varapalo del Tribunal Constitucional.

Ahora, el Gobierno paraliza la tramitación parlamentaria de la iniciativa que buscaba rebajar las mayorías para designar a los 12 vocales jueces del CGPJ (de tres quintos a mayoría absoluta) y recortar los poderes del órgano cuando entra en funciones. La intención es reiniciar el proceso de negociación, que ya saltó por los aires en dos ocasiones, a finales de 2018 y el pasado verano. Y confía en que este gesto sea suficiente para que el PP se "avenga a desbloquear el gobierno de los jueces", en palabras de Sánchez.

No será fácil, no obstante, convencer al PP. Fuentes de la dirección se anotaban la victoria en esta batalla por la "presión" que su líder ha ejercido en el seno de la Unión Europea. Pero recordaban que quedan dos "condiciones" más por cumplir: la "despolitización" de la elección del CGPJ -el PP plantea que los 12 vocales del turno judicial sean elegidos por los propios jueces- y de la Fiscalía y "excluir a Podemos" del proceso. Posición que fijó posteriormente el número dos del PP, Teodoro García Egea, a través de un tuit.