La imagen del muelle de Arguineguín distaba mucho el lunes de la fotografía tercermundista de los últimos tres meses. El campamento se desmantalaba por completo. De hecho, no va a quedar en este recinto ni una carpa o un puesto para el control de futuras llegadas de pateras. Como se hizo en la crisis de los cayucos en 2006, los que arriben a este puerto recibirán la asistencia sanitaria necesaria y serán trasladados, sobre la marcha, al campamento que se ha montado de forma provisional en el polvorín de Barranco Seco, o al colegio León, ambos en Las Palmas de Gran Canaria, que aún se está habilitando. Allí pasarán sus primeras 72 horas para que la policía tome las filiaciones y se hagan los test Covid. El muelle, de este modo, espera recuperar la normalidad para que los pescadores de la zona arreglen sus redes y para que los vecinos puedan visitar la imagen de la Virgen del Carmen que se encuentra en este lugar y suele ser un paseo habitual de las familias del pueblo.

El servicio municipal de limpieza de Mogán recogía el lunes abundantes desechos de los migrantes -2.600 llegaron a ser- que han convivido hacinados en este espacio con capacidad para unas 500 personas, una cifra superada con creces en estos 101 días en los que el recinto portuario se ha convertido en el muelle de la vergüenza.

Tras mucha presión y denuncias por el drama humanitario que se estaba viviendo en estas instalaciones provisionales, el pasado domingo, por fin, se procedió al desalojo de la totalidad de las personas llegadas en pateras o cayucos, que han sido trasladadas al campamento de Barranco Seco y a recursos hoteleros.

El grupo de logística de la Brigada Canarias XVI que desmontaba sus cinco carpas de Arguineguín, al margen de la decena que tenía instalada Cruz Roja, que también estaba desarmando las suyas, se ha encargado de habilitar las casetas de Barranco Seco. Este acuartelamiento, que estaba en desuso, es ya como "una ciudad", apreciaban los militares. El polvorín de Barranco Seco es un espacio que en principio solo está para albergar a las personas durante las primeras 72 horas, aunque la Delegación del Gobierno no precisa si continúan en estas instalaciones migrantes que se empezaron a trasladar desde Arguineguín el pasado 18 de noviembre. Según datos de la Delegación, ya hay unas 600 personas allí y se espera ampliar este espacio provisional con más carpas para acoger a un total de 1.000 migrantes.

Anselmo Pestana, delegado del Gobierno, explicó que el Centro de Atención Temporal de Emigrantes (CATE) de Barranco Seco, va teniendo "cada vez más capacidad", por lo que espera que en el futuro haya "una instalación no de carpas, sino más estable de prefabricados que mejore la atención en ese centro".

Para el delegado del Gobierno en Canarias, si las "cosas funcionan bien en Barranco Seco lo lógico es que no estén más de 72 horas", ya que en dicho lugar deben estar el tiempo necesario para identificarlos, comunicarles la expulsión y hacerles la prueba diagnóstica para saber cómo se puede actuar, por lo que "esperan poder cumplir con dicho objetivo".

Agregó que tras esas 72 horas de acogida, los migrantes deben ir a los centros que el Ministerio de Migraciones está implementando, si bien "a partir de ahí son personas libres" que pueden pedir no estar en estos centros pero que "no pueden viajar si no tienen pasaporte". Y la mayoría no lo tiene, por ello desde Canarias se reclama que se admitan las derivaciones solidarias a la Península.

Por lo tanto, tras las primeras 72 horas los migrantes son libres para irse de los recursos que, gestionados por ONG, como Cruz Roja, tiene el Estado, aunque ahora mismo están desbordados, y por eso se están usando hoteles. Asimismo, aún se están habilitando los campamentos provisionales que se deben abrir antes de diciembre, como anunció el ministro José Luis Escrivá. Aparte de Barranco Seco, por ahora se está acondicionando el colegio León, en El Lasso, que cuenta con una decena de carpas, con capacidad para 300 personas, y están pendientes el cuartel Canarias 50, en La Isleta, para 650 personas, la Nave de Las Palmas en El Sebadal, para 500, o el acuartelamiento de Las Raíces en Tenerife, para 1.300. Estas serían instalaciones provisionales.

En Barranco Seco además de ampliarse el número de carpas, se están llevando literas y hamacas para que duerman los migrantes y no lo hagan en el suelo como en Arguineguín. Al menos tienen baños y servicio de catering.

La petición de todas las instituciones canarias y ONG es unánime: se han de hacer más derivaciones a la Península para que los migrantes puedan seguir su tránsito al continente y no se queden encerrados en Canarias. Según el delegado del Gobierno, se siguen haciendo traslados aunque a "perfiles determinados".

Ayer se encadenaron dos días sin que llegaran pateras a Gran Canaria, si bien arribaron 117 personas en dos embarcaciones a Tenerife. En el muelle de Arguineguín, los militares ataviados con trajes EPI procedieron primero a desinfectar la zona junto a un camión de limpieza. Luego tanto los voluntarios de Cruz Roja como esta brigada militar comenzaron a desmontar todas las casetas mientras operarios del servicio municipal de limpieza recogían la basura.

Los pescadores contemplaban los trabajos con cierta incredulidad pero también con optimismo por recuperar el espacio donde tienden las redes en el suelo para repararlas. Como Máximo Suárez, que lleva toda la vida en el muelle pescando y vivió la crisis de los cayucos, pero afirma que nunca se concentró tanta gente allí, al igual que su compañero Miguel Batista, que hablaba mientras descargaba dos hermosos atunes recién pescados. "A nosotros no nos han molestado, pero es que no podían estar más en esas condiciones", recalca Batista, mientras Máximo tiene claro que van a llegar más pateras y: "¡Òjalá no vuelva a pasar lo mismo!". "A ver cómo lo solucionan", cuestionan ambos algo escépticos.

Onalia Bueno, alcaldesa de Mogan, va a mandar este martes a 60 personas del Plan de Empleo para rematar la limpieza. Sigue con su batalla de que se ha de recuperar el turismo y llega el turno de desalojar a los 3.200 migrantes albergados en los hoteles de su municipio antes del 31 de diciembre, porque si no sancionará a los establecimientos turísticos. La alcaldesa critica que la Consejera de Derechos Sociales del Gobierno, Noemí Santana, haya firmado un nuevo convenio con una ONG, la Fundación respuesta social siglo XXI, para llevar a más menores no acompañados a un establecimiento alojativo de su municipio.

Desde Derechos Sociales alegan que no tienen dónde albergar a los chicos y no los van a dejar sin asistencia: son 160 menores que trasladarán a unos apartamentos que están vacíos por el Covid, indica la Consejería, lo que ya suman 615 los menores no acompañados que están en tres complejos de Mogán. En total, la Comunidad Autónoma custodia a 2.149 niños en 21 centros de emergencia y ha pedido al Estado que derive en torno a 500 a la Península, pero no ha obtenido respuesta. Noemí Santana ha encargado un informe a los servicios jurídicos del Gobierno ante la amenaza de Onalia Bueno de sancionar a los establecimientos que alojan a estos chicos.

Precisamente, en cuanto al ultimátum dado por los ayuntamientos de San Bartolomé de Tirajana y Mogán para que el 31 de diciembre se desalojen los hoteles de inmigrantes, Anselmo Pestana consideró que humanamente es "despreciable" hacer esa petición cuando en dichos establecimientos "hay menores no acompañados" y mientras "no haya otro recurso, es mejor tenerlos bien atendidos, que dejarlos en la calle". De todos modos, entiende que algunas autoridades locales "se avergonzarán del papel que han jugado en fechas recientes". Pestana admite que, lo ocurrido en Arguineguín, han sido momentos "bastante malos".

De otro lado, el Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, suspendió el lunes la visita oficial a Gran Canaria que tenía prevista para esta semana por haber estado en contacto estrecho con un positivo en Covid-19.