"Tú sí q fuiste un proxeneta. Trabajé contigo en casa, viviste de mi dinero, me obligaste a comprarte coca, me pegabas si no te la compraba... Yo no olvido". "Me has tratado como a una mierda. Se acabó". "Estoy harta de ti y de tus tonterías. Ya te perdoné demasiadas veces. Por lo que pasé anoche, lo que me hiciste, esto no tiene perdón". "Follarme así, obligarme a hacerlo contigo... Yo diciéndote que me dolía y seguías haciéndomelo de esa manera... No te quiero más en mi vida". "Y encima me amenazas con que me vas a pegar... Por lo que pasé hace meses no volveré a pasar". "Cuando amas a una persona, no le hace daño, ni verbal, ni físicamente, ni nada. Tú solo me traes tristeza. No quiero mi vida así. Prefiero morir sola que tener una persona como tú a mi lado".

Son solo algunas de las frases que la Policía Nacional logró extraer del teléfono intervenido a Juan Vicente A. N., de 33 años cuando fue detenido el 13 de marzo de 2020 bajo la acusación de haber asesinado a su pareja, Isabell Elena Raducanu, de 36 años y embarazada de seis meses. La víctima fue asfixiada y su cuello quedó parcialmente seccionado con las 37 cuchilladas que recibió entre esa zona y la barbilla, y que la Policía encontró con dos más, no utilizados, pero también manchados de sangre de ella, en el fregadero de la cocina.

Esas frases son una de las claves por la que los investigadores del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia pudieron informar a la juez instructora de Xàtiva de que el presunto asesino maltrataba habitualmente a Isabell. La víctima, por ejemplo, llegó a enviarle a él por Whatsapp la copia del parte de urgencias que generó su atención el centro de salud tras una de las palizas, ocurrida en diciembre de 2018, seis meses antes del crimen.

También extrajeron del teléfono la foto con el parte judicial en el que el médico da cuenta al juzgado de los hechos y que generó la apertura de unas diligencias por maltrato en el juzgado de Violencia de Sueca, diligencias que acabaron archivadas después de que ella no compareciese.

Ante cada uno de los reproches de Isabell, las respuestas de él por Whatsapp aparentan confirmar el maltrato, con una reiteración de excusas, solicitudes de perdón y promesas de que no va a volver a suceder. "Cariño, por favor, si tienes razón. Pero es que estaba muy nervioso, y lo he pagado contigo. Es que estabas muy distante. No tengo excusa, si es que no tengo excusa...", "esta mañana he perdido la cabeza, pero te quiero mucho", "nena, por favor, que sé que no he hecho bien. Por favor, va, cielo, que hasta estás embarazada de mí y todo, porfi, sé que no lo he hecho bien, perdóname, va, no seas así, nena", "lo siento mucho, no me dejes solo, por favor, iré a un psicólogo si quieres para calmar mis nervios".

La insistencia del ahora encausado llega a tal punto que en una de las ocasiones le llegó a enviar hasta 130 mensajes de audio en tres horas.

Las amenazas de muerte

La Policía primero, y el juzgado, después, supo de esos episodios de maltrato por boca de las amigas de Isabell, quien nunca dio el paso para denunciarle. Una de ellas declaró ante la jueza que Isabell le había contado, días antes de su muerte, que la relación iba cada vez a peor, pero que temía romperla porque "Juan Vicente la amenazó con matarla, con cortarle el cuello si lo dejaba".

Incluso relata que tres días antes del asesinato, Isabell le había enseñado un carrito de bebé que le había regalado una amiga y con el que estaba especialmente ilusionada. La mujer le contó a esta testigo que Juan Vicente se había enfadado cuando se lo enseñó, argumentando que se lo había dado un amante. Incluso que, tras ese enfado, le había vuelto a repetir que, si lo dejaba, la mataría. Las amigas coinciden en que la relación era "tóxica" y salpicada de amenazas, control sobre Isabell y agresiones.