Las encuestas auguran con contundencia que Isabel Díaz Ayuso ganará las elecciones de Madrid el 4 de mayo. La presidenta autonómica ha logrado que cale su lema, 'Libertad', y se aparque el examen a sus errores durante la pandemia, sobre todo en las residencias de mayores y la atención primaria. La candidata del PP ha arrastrado a todos sus contrincantes al debate sobre el eje izquierda-derecha y la falacia de 'comunismo o libertad', en la que compara una corriente política con un derecho sagrado e imprescriptible, trampa en la que han caído los partidos de izquierdas.

“Intentaron centrarse en el covid en el debate de Telemadrid, y tampoco les salió bien, pero después, con las amenazas de bala, se olvidaron de eso y se pasaron al ‘fascismo o democracia’", se jacta un miembro del equipo de Ayuso. “Cuesta encontrar un titular estos días en los que los candidatos el PSOE o Más Madrid no hablen de odioconflicto, fascismo”, continúa este asesor. Los populares han impuesto el marco mental que querían, aunque sin omitir la palabra clave: ‘pandemia’. Ayuso la utiliza a diario; pero para atizar a Pedro Sánchez, apartando cualquier responsabilidad sobre ella.

La presidenta está a punto de terminar una campaña electoral que le sobraba y en la que, hasta ahora, no ha cometido ningún error grave. La dirigente popular, una desconocida hace dos años, se ha formado un perfil propio en tiempo récord. Si de Pablo Casado algunos veteranos en el partido decían que era un “diamante en bruto” cuando fue elegido líder en el 2018, de Ayuso nadie se atrevió a tan positivo vaticinio. Sin embargo, en la pandemia y tras la renovación de parte de su equipo y el fichaje como jefe de gabinete de Miguel Ángel Rodríguez, la ahora candidata fue forjándose una imagen en contraposición a Pedro Sánchez que le hizo ganar personalidad y peso mediático.

“El principal éxito de Ayuso es que llegó al 10 de marzo [día que anunció el adelanto de las elecciones] con el trabajo ya hecho”, subraya un barón autonómico del PP. Estos meses atrás, este jefe de Ejecutivo, que prefiere no ser citado con nombre y apellidos, ha aplicado medidas mucho más restrictivas contra el covid que Ayuso, porque así se lo “aconsejaban” sus expertos y le dictaba su “sentido común”. “Sin embargo, ella ha priorizado la economía, sabiendo que la consecuencia era un mayor riesgo para la salud, pero los madrileños lo han encajado y han conectado con su manera de hacer”, argumenta. 

"Castigar a Sánchez"

“Nos tienen que votar a nosotros para castigar a Sánchez por la pandemia. Pero a Ayuso no hay que examinarla por eso, sino que hay que darle las gracias de la ‘libertad’ de poderse tomar una caña y de no encontrarse con el 'ex'”, relata en tono burlón un diputado del PP. “El populismo es esto y espero que Casado no lo copie, porque dudo de que sirva en toda España”, apunta, en referencia a la lectura que el líder conservador deberá hacer cuando se conozca el alcance de la victoria de Ayuso.

Un asesor de Casado destaca el “mérito” que la presidenta ha tenido de “afianzar algo que se sabía: los madrileños votan en clave nacional”. “Por eso puso a Sánchez en el disparadero. El 4-M hay que castigarle. Al PSOE le daba igual qué candidato colocar. De hecho, Sánchez los primeros días cayó en la trampa y asumió un papel que después ha abandonado, cuando ha visto que tampoco le estaba dando réditos”, continúa.

Vox, solo la investidura

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Ayuso, además, ha podido hacer la campaña que quería, "sin desembarcos", señala un alto cargo del PP catalán, que recuerda que Alejandro Fernández sufrió justo lo contrario. Y ha podido hacerlo porque, recuerda el asesor de la presidenta, Génova "cometió un error en la precampaña y vio que tenía que echar el freno". Casado la obligó a colocar a Toni Cantó no solo en la lista electoral, sino también en los primeros puestos, porque tenía prisa para enviar el mensaje de que el proceso de absorción de Ciudadanos, tras fichar a su exsecretario de organización (Fran Hervías), avanzaba. La inclusión de Cantó, sin embargo, fue tumbada por la justicia que ordenó que fuera "excluido" por no haberse empadronado en Madrid antes del 1 de enero. "Casado nos tendría que haber hecho caso. El anuncio del fichaje se hizo un mal día y no se rentabilizó mediáticamente", sigue ese colaborador de Ayuso.

Para cerrar el círculo, la candidata del PP quiere conseguir un número holgado de escaños y obtener el respaldo de Vox solo para ser investida, no para gobernar. En la Puerta del Sol creen que los ultras no querrán asumir carteras, para que Santiago Abascal pueda seguir "atacando a Casado, sin ser corresponsable de ninguna gestión". Ayuso quiere gobernar 'libre'. El 4-M, sobre las diez de la noche, se sabrá si las encuestas han sido proféticas.