Ciudadanos empalma desbandadas. Tras el triple fiasco electoral -Galicia, País Vasco y Cataluña- y la fallida operación Murcia, el efecto dominó de bajas -algunas al PP-, lejos de frenarse, se reactiva después de desaparecer de la Comunidad de Madrid, cuyo gobierno compartieron con los populares antes de que Isabel Díaz Ayuso decidiera anticipar las elecciones para evitar enfrentarse a una moción de censura.

La arrolladora victoria del PP ha despertado nuevos abandonos. La que fuera consejera de cultura de la autonomía madrileña, Marta Rivera de la Cruz, ha roto el carnet de Cs y cuatro diputados de la Comunidad Valenciana han solicitado su baja en la formación y han comunicado su abandono del grupo parlamentario, por lo que seguirán como no adscritos. Jesús Salmerón, Cristina Gabarda, Susi Sanchis (quien sustituyó a Toni Cantó tras renunciar este al acta a mediados de marzo para probar suerte con Ayuso) y José Antonio Martínez, quien también es portavoz adjunto, se marchan con dardos a la líder Inés Arrimadas, a quien acusan de abandonar los principios liberales que les llevaron a sumarse al partido y de sortear la autocrítica y la asunción de responsabilidades hecatombe tras hecatombe en las urnas.

"No nos sumamos al partido para ir de la mano de [Pedro] Sánchez y de toda su tropa, que quiere destruir España y la Comunitat Valenciana", afirman en su carta, en la que sostienen que Cs actúa como "muleta del sanchismo".

El futuro político de las fugas

Ayuso sigue cavilando cómo configurar su gobierno regional, en el que Rivera de la Cruz podría volver a tener una cartera reservada. Durante la campaña electoral, la ganadora de los comicios del 4-M se mostró dispuesta a contar con Rivera de quien destacó su "colaboración" más allá del color político. "Para mí es una persona a tener cerca y me gustaría", reconoció, aunque dijo que no busca "adhesiones inquebrantables" ni quiere cargos "todos cortados por el mismo patrón". Rivera de la Cruz, incluso, participó en un acto el segundo día de campaña con Ayuso, a quien agradeció su "generosidad", pero no se dejó ver por mítines de Edmundo Bal, el candidato de Cs.

Sin embargo, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, ha negado que la baja de Rivera de la Cruz sea una "fuga" y no cree que finalmente se afilie al PP. "No es una fuga. Ahora mismo no está trabajando en Cs en la Asamblea de Madrid. Ha sido una grandísima consejera de Cultura que ha conseguido mantener los teatros abiertos y la cultura segura", ha defendido ante los periodistas y la ha definido como "de centro, moderada, liberal y moderna", en un intento de desvincularla de los populares.

El PP lleva meses sin esconder que su intención es absorber a Cs y nutrirse de sus cuadros políticos en el territorio, más aún tras el fichaje de Fran Hervías, con una agenda repleta de contactos por su etapa como secretario de Organización naranja.

Arrimadas resiste pese a las críticas

Cs ha perdido unos 500.000 votos en Madrid respecto a los comicios autonómicos del 2019 y, al quedarse en un 3,57% y no alcanzar el mínimo del 5%, se ha quedado fuera del parlamento. Pero Arrimadas, lejos de asumir responsabilidades, se ha blindado ante el partido y descarta cualquier dimisión. En la reunión del comité permanente, defendió que Cs es "absolutamente imprescindible" y que debe relanzarse para certificar el giro al centro. Varias voces del sector crítico pidieron una "reflexión" interna, algunos incluso su dimisión y un congreso extraordinario, que se llevará a cabo en una convención política en julio tras un 'tour' de Arrimadas por las comunidades autónomas para frenar la sangría de dirigentes al PP y constatar el peso territorial de las siglas.

Rivera reaparece pero evita pronunciarse

Quien ha roto su silencio este viernes es el antiguo jefe de los naranjas, Albert Rivera, quien, pese a evitar comentar las decisiones de Arrimadas, ha sostenido que no divide entre "buenos y malos" a sus excompañeros de partido en función de mantener o no le carnet naranja. "A los que están dentro, suerte y acierto, y a los que están fuera, todo mi cariño, porque yo no distingo entre buenos y malos ciudadanos. De hecho, me empeñé en unir a gente muy diversa en un proyecto, se incorporó gente que venía del PSOE, de la sociedad civil y del PP", ha aseverado durante un encuentro organizado en Málaga.

El que fuera presidente de la formación durante 13 años, ha evitado opinar públicamente sobre la caída libre de Cs en las urnas alegando que fundó este partido. "No lo voy a hacer, por respeto a los que sí tienen que tomar decisiones", que son "los que dirigen el partido, no los que ya no estamos", ha zanjado.