La decisión de la vicepresidenta de Junts, Elsa Artadi, de no formar parte del próximo Govern como vicepresidenta ha servido para alimentar las tensiones internas en JxCat respecto a la elección de los dirigentes que integrarán el Ejecutivo de coalición que presidirá el republicano Pere Aragonès. La decisión de Artadi, avanzada por 'La Vanguardia', se basa según su propio argumento, en la voluntad de honrar su promesa de cumplir el mandato como concejal en Barcelona. Una decisión, añade, meditada y no fácil, pero que abre todavía más el melón de quién será vicepresidente y quienes serán 'consellers' en un partido con muchos encajes de bolillos por hacer. Además, la determinación de Artadi puede tener a ver, según fuentes del partido, con no querer estar a las órdenes de Aragonès, que sufre así su primer desplante sin haber tomado posesión.

Cabe recordar, también, que la número tres de JxCat mostró una posición en algún momento diferente a la del secretario general del partido, Jordi Sànchez, durante las negociaciones con ERC, en cuestiones como la de ofrecer o no cuatro votos a Esquerra para investir a Aragonès aun sin coalición. Alguna versión del entorno de Junts apunta a que quizás la también portavoz de JxCat se muestra disgustada con estas discrepancias, y reprochan que ella haya provocado ciertas tensiones con los republicanos. En cambio, el entorno de la edil sostiene que Artadi hablaba en todo momento en nombre del partido.

Artadi ha mantenido conversaciones con el 'expresident' Carles Puigdemont y con Laura Borràs, presidenta del Parlament y excandidata de Junts. Y hoy también con Jordi Sànchez. Según la versión de estas fuentes, la respuesta de los dirigentes ha sido comprensiva con la decisión.

Una vicepresidencia vacante

En cualquier caso, al borrarse del Govern, Artadi deja todavía más en el aire el difícil trenzado de equilibrios en Junts. De entrada, la decisión sobre quién será 'conseller' será fruto de los contrapesos entre Jordi Sànchez, Carles Puigdemont y los 'exconsellers' Jordi Turull y Josep Rull. A partir de aquí, la primera decisión corresponderá a la vicepresidencia. Opta a ella, por su perfil económico, el hoy 'conseller' de Empresa, Ramon Tremosa. Pero se trata de un talante más liberal que la propia Artadi, un espíritu libre, alejado del tono y contenidos que quiere imprimir Aragonès al Govern. Tremosa representaría una apuesta alejada de las latitudes progresistas de Jordi Sànchez. Otro nombre que podría optar al cargo sería el de Damià Calvet, pero cabe recordar que su procedencia convergente no le ha ayudado, como demostró la severa derrota sufrida frente a Laura Borràs en las primarias para escoger la candidatura electoral. Además, Calvet está instalado en la gestión del área de Territorio, donde competirá con Jordi Puigneró, porque las políticas digitales que ha pilotado este último se integrarán en Territorio. A partir de ahí, el factor de género también debe tenerse en cuenta para la vicepresidencia porque al menos tres de los siete sillones de JxCat en el Govern han de ocuparlos mujeres.

Al lado de la vicepresidencia, el resto de carteras no tienen un nombre asignado. Josep Rius podría ser titular de Exteriores. Es, como Artadi, una persona absolutamente fiel a Puigdemont. Y sin Artadi en el Ejecutivo, él representaría el puente directo con Waterloo. Con todo, otros nombres también ejercerían esta función.

Lo que sí se dirime en Junts en estas quinielas es la batalla entre perfiles moderados y de gestión, como Calvet, Budó o Samper, frente a otros nombres más vinculados a la dialéctica política y de confrontación. A ello debe añadirse que determinados territorios, como Girona, reclamarán su cuota en base a unos buenos resultados electorales, y la diputada Gemma Geis podría ser 'consellera'. Por si la combinatoria no fuera complicada, se deberá atender a la reclamación del mundo municipal de Junts y a compromisos ya adquiridos como el del área de Salud para Josep Maria Argimón, actual secretario de salud pública del Govern.