Dos días después de la medida de mayor simbolismo político de la legislatura, los indultos a los dirigentes independentistas, el Gobierno aprobó este jueves iniciativas mucho menos polémicas y de gran impacto ciudadano: la rebaja del IVA de la luz (del 21% al 10%) hasta final de año, la vuelta del público a los estadios deportivos y el ya anunciado fin de las mascarillas en exteriores, que entrará en vigor el sábado. Ante la buena evolución de la pandemia, la Moncloa considera que ya ha entrado de lleno en la segunda parte de esta excepcional legislatura, una fase que estará marcada, según su relato, por la recuperación económica y la vuelta a la normalidad.

También por las iniciativas sociales. El viernes entrará en vigor la ley de eutanasia. El martes, el Consejo de Ministros aprobará la conocida como ‘ley trans’, cuyo borrador adelantó EL PERIÓDICO, una norma que ha sido difícil de alumbrar, objeto de múltiples roces dentro de la coalición entre el PSOE y Unidas PodemosY a principios de julio, por último, se aprobará la ley de memoria democrática. 

La Moncloa otorga una enorme trascendencia al fin de las mascarillas en el exterior. Tras meses en los que el uso de la prenda era obligatorio en cualquier circunstancia nada más salir de casa, la lenta pero constante caída de los contagios, el ritmo en la campaña de vacunación y las numerosas evidencias de que la transmisión del coronavirus es rarísima en el exterior han provocado que el Ejecutivo mueva ficha, por detrás de otros países europeos. 

Sin sanciones

“Que las mascarillas dejen de ser obligatorias al aire libre va a significar que dejarán paso de nuevo a nuestras sonrisas”, dijo tras el Consejo de Ministros la titular de Sanidad, Carolina Darias. Como el día anterior, Darias subrayó que el uso de esta protección frente al virus no será indispensable en el exterior, siempre que se guarde la distancia de un metro y medio entre no convivientes, pero sí en aglomeraciones y lugares cerrados. La ministra consideró “conveniente” llevar siempre una mascarilla a mano, por si acaso, pero el real decreto no incorpora sanciones para aquellos que salgan de casa sin ella. 

La entrada de los aficionados a los estadios no será tan inminente, porque no tendrá lugar hasta que comience la temporada de las ligas, pero supone también otra inequívoca prueba de una vuelta a la normalidad. El aforo permitido, sin embargo, continuará dependiendo de la pandemia, y serán las autonomías quienes lo determinarán en cada caso.