El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lamentado que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no acuda a la Conferencia de Presidentes, donde se abordarán temas "muy importantes" también para los catalanes, sean o no independentistas: "Me parece que es una pena que no sea escuchada su voz".

Sánchez se ha referido a la ausencia de Aragonès en estos términos en la víspera de la Conferencia de Presidentes de Salamanca y durante la rueda de prensa ofrecida en el Palacio de la Moncloa para hacer balance del curso político y de la actividad del Ejecutivo antes del parón veraniego.

Los fondos europeos y el reto demográfico son dos cuestiones que se tratarán en la cita de mañana y que también afectan a los catalanes, ha subrayado Sánchez, que también ha recordado que se celebrará con Cataluña una reunión bilateral el 2 de agosto, como marca el Estatuto de Autonomía.

"Desde el punto de vista unilateral cumplimos con el ejercicio de la cogobernanza y con lo que mandan los estatutos de autonomía, sean de Cataluña o de otras comunidades autónomas", ha recalcado el presidente a raíz de las críticas del PP y de otros partidos.

Y precisamente hablando de estas críticas de la oposición, también a la Conferencia de Presidentes, Sánchez ha insistido en que el diálogo "es un valor en sí mismo", subrayando que "una oposición destructiva" en el momento histórico que vive el mundo con la pandemia "no tiene lugar, no hay espacio para ello".

En este nuevo tiempo, el Ejecutivo ha optado "por la recuperación, el encuentro y trabajar todos juntos", y cada uno tendrá que optar entre "la recuperación o la crispación".

Sánchez, que ha hecho hincapié en que, de las 24 Conferencias de Presidentes celebradas hasta ahora, han tenido lugar 18 con la de mañana bajo su mandato, se ha dirigido expresamente a los presidentes autonómicos del PP que utilicen este espacio "para el diálogo y no la lucha partidista".

Ha recalcado que si España está ahora liderando el proceso de vacunación y consolidando la recuperación económica es porque se están haciendo las cosas bien, "porque más allá del ruido partidista, estamos trabajando juntos", juntos en el marco de la Unión Europea y también entre el Gobierno y las comunidades autónomas, ha dicho.

Recomienda "discreción" cerrar la crisis con Marruecos

Por otro lado, el jefe del Ejecutivo ha recomendado actuar con "discreción" para tratar de resolver la crisis diplomática abierta desde finales de abril con Marruecos, al que ha definido como "un socio estratégico" para España.

Preguntado si ha habido algún avance en la solución del distanciamiento con el país magrebí, Sánchez se ha limitado a responder: "Simplemente, discreción".

"Pero reafirmar lo que he dicho en muchas ocasiones y es que Marruecos es, evidentemente, un socio estratégico para nuestro país", ha completado su contestación.

La postura de Sánchez va en la línea de la marcada por el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien relevó a Arancha González Laya en la remodelación del Gobierno acordada por el presidente a mediados de julio.

En su primera visita al extranjero en Londres el pasado día 21, Albares eludió dar detalles de cómo se está intentando remediar el choque con Marruecos y se limitó a pedir que se "deje a la diplomacia trabajar tranquilamente", porque se necesitan "resultados y no titulares estridentes".

El líder del Frente Polisario, Brahim Gali. El líder del Frente Polisario, Brahim Gali.

La crisis diplomática tuvo su desencadenante en la presencia del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en España a finales de abril tras ser ingresado de manera secreta en un hospital de Logroño.

El país magrebí reaccionó permitiendo que una avalancha de inmigrantes irregulares entrara a nado en Ceuta los días 17 y 18 de mayo.

Tras este episodio, Rabat llamó a consultas a su embajadora en Madrid Karima Benyaich, después de que fuera convocada a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid.