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Crisis del coronavirus

Desigualdad territorial y mala praxis médica: la realidad que sufren los 'covid persistente'

Los médicos reclaman más formación y que sea abordada, principalmente, desde la atención primaria

Gente paseando por la Rambla de Barcelona, el junio pasado.

Es uno de los retos de la medicina durante los próximos años: atender y dar respuesta a los pacientes con covid-19 persistente, enfermedad que consiste en vivir, día tras día, con los síntomas más agudos del coronavirus (fatiga, ahogo, taquicardias, niebla mental), aun habiendo superado la infección. Tras más de un año y medio de pandemia, esta nueva dolencia, que sufren en torno a un 10% o 20% de las personas que se contagian de coronavirus, sigue siendo una de las grandes incógnitas que rodean al coronavirus. Los enfermos con covid persistente se quejan de la desigualdad territorial (en España hay pocas unidades especializadas en esta enfermedad) y de que todavía hay muchos médicos que no creen en la existencia de la misma.

En Catalunya, el Col.lectiu d'Afectades i Afectats Persistents de la Covid-19 cuenta ya con 1.800 miembros, un número que aumenta cada vez que hay una ola epidémica. Denuncian que la única unidad del territorio especializada es la del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti), en Badalona.

"El problema de que no haya unidades especializadas es que el paciente va de especialista en especialista, haciéndose pruebas, y todo esto tiene un coste", señala Esperanza Martín, médica de familia y comunitaria en el CAP Passeig de Maragall (Barcelona) y también afectada por covid persistente. Eso sí, aunque Martín defiende la existencia de más unidades especializadas, cree que los pacientes con esta enfermedad "deberían ser atendidos desde los CAP" y puntualmente ir a "centros de apoyo para hacer rehabilitación". "Hay CAP que no tienen ningún recurso", advierte.

Que el covid persistente sea tratado desde la atención primaria es también el modelo defendido por la Conselleria de Salut. "No sabemos aún a cuánta gente afecta, pero sabemos que se está dando con frecuencia y creemos que se debe tratar desde los CAP", suscribe Gemma Torrell, médica del CAP Les Indianes, en Montcada i Reixac, y una de las autoras del protocolo sobre covid persistente impulsado por Salut. La desigualdad territorial, según Torrell, se podría resolver si se atendiera desde la atención primaria. "Salut está haciendo un trabajo de coordinación para conocer estas desigualdades", asegura.

Salut defiende que la desigualdad territorial podría resolverse desde los CAP

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Can Ruti fue el primer hospital de Catalunya en detectar a estos enfermos y por eso creó la Unidad de Covid Persistente, que combina la asistencia con la investigación. Y, al margen de esta, Torrell defiende que exista también "una muy buena coordinación entre la atención primaria y los hospitales". "También creemos que hace falta que todos los hospitales tengan algún referente sobre covid persistente", cuenta Torrell.

Can Ruti, tres meses de espera

La internista Lourdes Mateu, que lidera la Unidad de Covid Persistente de Can Ruti, considera "fundamental" que los pacientes con esta enfermedad sean atendidos, la primera vez, en la atención primaria. "Debemos trabajar de manera conjunta", asegura. Mateu defiende el trabajo "multidisciplinar" entre las diferentes especialidades médicas. "Se gastan muchos recursos [por el covid persistente]: se hacen muchas pruebas ineficaces y hay muchas bajas laborales. Sería más barato hacer tratamientos interdisciplinares", opina.

También a ella le llegan las quejas de enfermos que acuden a este servicio de Badalona desde otras partes lejanas de Catalunya. Ahora mismo, en la Unidad de Covid Persistente de Can Ruti hay "más de 200 personas en lista de espera", según Mateu, quien matiza no obstante que el hospital está haciendo una "reestructuración" para atender a "más gente".

La unidad de Can Ruti tiene más de 200 pacientes en lista de espera y una tardanza de más de tres meses

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Quienes esperan son normalmente pacientes que llevan más de un año con síntomas de covid persistente. Y el tiempo medio de espera es, a menudo, de "más de tres meses". En este tiempo, como explica Mateu, son atendidos por sus médicos de cabecera.

Enfermedad desconocida

El problema es que la medicina no conoce aún lo suficiente esta enfermedad. "Si desconoces el covid persistente, como los síntomas son muy diversos y poco específicos, lo puedes confundir con otras enfermedades. Hay médicos que te envían al psicólogo", asegura Mateu.

Lo dice también la médica de familia Esperanza Martín, quien denuncia que "la comunidad científica ha tardado entre ocho y nueve meses [desde el inicio de la pandemia] en aceptar la realidad", que es que "muchas personas pasan un covid leve y luego se quedan incapacitadas". Ella, a sus 46 años, estuvo de baja seis meses, pero pudo reincorporarse al trabajo gracias a una "readaptación" de su vida. Sigue teniendo brotes que la incapacitan durante unos días.

Una médica denuncia que en el covid persistente hay, además, un "sesgo de género"

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"Sigue habiendo muchos médicos que no creen en la enfermedad porque no se ha descubierto la prueba complementaria objetiva donde se pueda ver lo que nosotros explicamos. Nuestras analíticas salen todas bien", explica Martín. Según ella, en esta dolencia hay además un "sesgo de género": la mayoría de quienes sufren esta enfermedad son mujeres. "El covid persistente se asocia muchas veces a la hipocondría. Nos cuesta que nos crean, tanto en primaria como en hospitalaria", se queja esta médica de familia.

Pide que se destinen recursos para investigar y formar a los profesionales.

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